UNA CHAIRA EN EL HERALDO

"Tú déjate querer"

¿Admitirán como prueba 'pantallazos' del celular? Ese es el problema del acoso, que es muy difícil comprobarlo... lo tenemos hasta naturalizado

OPINIÓN

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Fernanda Tapia / Una chaira en El Heraldo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Si no está asqueado por ocurrencias electorales entrémosle al tema del mentado jefe Gama de Cuitláuhuac, que acosaba por WhatsApp a una mujer policía diciéndole: “¿Qué pasó compañera? Te dije que no te voy a dejar en paz hasta que aceptes salir conmigo, yo soy muy terco y me voy a aferrar, así que tú sabrás”.

La mujer policía no lo peló y se ve que el otro, bastante enchilado, siguió con su monólogo: “Sígueme dejando en visto y yo me encargo que todo el tiempo que dure en Cuitláhuac te traigan a pie de tierra, hasta que te domes o hasta que me quiten. Creo que el wey del director no puede con el paquete. En una de esas, al rato, el director del sector voy a ser yo, así que tú sabrás, sigue como vas”.

Ahí sí, la chica se vio forzada a contestarle diciendo: “Jefe Gama, se lo pido de verdad, soy una mujer casada, tengo un hijo, de verdad yo sólo vengo a trabajar. Ya no me moleste más. Yo no vengo a buscar eso que usted quiere, sólo vengo a cubrir mi servicio y es todo”.

Con un NO, debería de haber sido suficiente. Aún así el jarioso insiste: “... la que no entiende eres tú, solo déjate querer. Te va a gustar, yo sé lo que te digo”. Y ella le revira: “... le repito jefe, que me deje en paz, por favor. Y en cuanto a que me va a tener en puro servicio pie tierra si no accedo a salir con usted, adelante, yo a eso vengo, a trabajar, no a salir con los jefes”.

Total, que ante semejante argumento el tal jefe Gama ya nada más se la sentencia: “Hasta que tú solita vengas a pedirme paro, no digas que no te lo advertí”.

¿Admitirán como prueba pantallazos del celular? Ese es el problema del acoso, que es muy difícil comprobarlo. Recuerdo alguna vez en Diálogos, preguntarle a una mujer que se entrenaba para pilotear un avión de línea comercial, si alguna vez había sufrido acoso, a lo que contestó: “Sólo el normal”. Es decir, lo tenemos hasta naturalizado.

Sólo quiero decirle a los caballeros que NO están obligados a chulearnos. Nosotras no nos arreglamos para salir a una pasarela diaria y que nos califiquen. Y que cualquier halago no solicitado se puede considerar un ACOSO.

Esto era tan común en la Cámara de Diputados, hace ya algunos sexenios, que el sindicato de las trabajadoras del lugar se organizó así: en el baño de damas se colocaban las fotos de los acosadores en el edificio. Todas podían conocerlos. Cuando uno de ellos abordaba los elevadores, las mujeres que estuviesen ahí, descendían automáticamente.

Y cuando alguna chica denunciaba al sindicato el acoso, todas sus compañeras de oficina la acompañaban incluso, en la madrugada, cuando el jefe mañosamente le encargaba el trabajo extra para poder tenerla a merced suya. Nunca la dejaban sola. Y sí, el acoso descendió.

Desgraciadamente, no lo hizo porque los varones tomaran conciencia. No te dejes compañera, tu barrio te respalda.

POR FERNANDA TAPIA
DENUNCIAS@FERNANDATAPIA.COM 
@TAPIAFERNANDA

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