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Te lo digo Metro, escucha Tren Maya

En el extenso reportaje sobre las múltiples fallas que provocaron el desplome de un tramo de la línea 12 del Metro de la Ciudad de México, el diario The New York Times soltó un dardo envenenado al relacionarlo directamente con la construcción del Tren Maya

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

En el extenso reportaje sobre las múltiples fallas que provocaron el desplome de un tramo de la línea 12 del Metro de la Ciudad de México, el diario The New York Times soltó un dardo envenenado al relacionarlo directamente con la construcción del Tren Maya.

Si bien el director de Fonatur, entidad a cargo del proyecto en el sureste, pidió no prejuzgar a las constructoras del Metro que hoy participan las obras del tren, y hasta AMLO volvió a respaldar públicamente a Carlos Slim, hay elementos que no se deben soslayar ante lo que el peritaje de la empresa DNV vino a confirmar.

Hoy se sabe que las prisas por terminar la “línea dorada” antes de que concluyera el sexenio de Marcelo Ebrard provocaron modificaciones excesivas en el trazo, cambios en el proyecto para ahorrar costos que afectaron la calidad de la obra.

En el caso del megaproyecto del Tren Maya, se ha puesto una fecha para iniciar operaciones: diciembre de 2023, nueve meses antes de que concluya el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

Algo imposible a raíz de los últimos acontecimientos y de los estragos de la pandemia. Ante esto, es un hecho que el Presidente no podrá inaugurar la obra. No completa. Si acaso, se concluirá la construcción de algún tramo. Lo más viable es que sea el número 4, que va de Izamal a Cancún, pero no más.

Terminar una obra de mil 500 kilómetros en 18 meses es inasequible. Además, la obra se sigue modificando. La decisión de adjudicar al Ejército la construcción del tramo 5 norte que va de Playa del Carmen al aeropuerto de Cancún es muestra de ello.

Aunque había una licitación en curso, serán los ingenieros militares los encargados de hacerla para “terminarla lo más pronto posible”, según dijo AMLO. Esta parte incluye un viaducto elevado que va por la carretera que ahora conecta ambos puntos turísticos.

En febrero, la Auditoría Superior de la Federación criticó la obra, ya que no cuenta con proyecto ejecutivo. Pese a ello, ya se licitó y se adjudicó el material rodante y sistemas ferroviarios, que contempla la construcción y entrega de 42 trenes. Por cierto, este contrato fue firmado hace 10 días por el mismo presidente López Obrador.

La obra también enfrenta desafíos de la naturaleza, como el llamado suelo kárstico, compuesto por rocas delicadas y grandes huecos en el subsuelo. Que se coloquen vías y pasen pesados convoyes encima de terrenos con esas características requiere una cuidadosa ingeniería y mucho tiempo.

El Tren Maya es una de las obras faraónicas de este sexenio. Aunque su beneficio es cuestionado, se notará con el paso del tiempo. No vale la pena que por prisas se ponga en riesgo su inserción en la historia. Ojalá y pesen más las opiniones técnicas de los especialistas que las consideraciones políticas.

El llamado de atención se hizo la noche del 3 de mayo desde Tláhuac.

POR CARLOS ZUÑIGA PÉREZ

@CARLOSZUP

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