MALOS MODOS

Sobre el odio a los aspiracionistas

Una de las mentiras mejor contadas es que el Presidente conoce como nadie este país. No lo conoce: sólo conoce sus cinturones de miseria

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ni afanes de distraer de lo sustancial, donde lo sustancial es lo mal que nos gobierna, ni la voluntad de hablarle exclusivamente a sus bases. No. Cuando el Presidente clama contra el aspiracionismo, cuando lamenta que los sectores más educados no le tengan confianza, cuando sostiene que el pueblo bueno, que es el que usa el Metro, sí fue comprensivo con lo de la Línea 12, no como la maldita burguesía que va en coche y cuenta los muertos, lo que hace es dejar salir un desprecio muy real, un desprecio fidedigno, por la mitad de la población.

El Presidente es honesto en ese sentido, no como otros. Es un hábito en la opinocracia cuatroteísta lo de citar unos papers, de esos del chairismo universitario gringo, que son un verdadero coñazo y que van, siempre, a lo mismo: la meritocracia, pasan a decir, es un mito; la movilidad social no existe. Tecnicismos aparte, a lo que apuntan realmente esos choros es a vendernos las bondades del estatismo y a decirnos que al capitalismo, como a las armas, lo carga el diablo.

En resumen, estamos ante ejemplos vivos de marrullería progre, esa que se olvida, por ejemplo, de los horrores del siglo XX. Con AMLO es distinto. Cuando carga contra la aspiracionitis, repite que hay que comer frijolitos y y pone cara de asco por tu manía, pinche clasemediero, de aspirar a la riqueza, lo hace sin esconder el espíritu profundamente antidemocrático de esas certezas.

Porque son antidemocráticas. Lo que sabe el Presidente, como se ha repetido en varios medios, es que los ciudadanos que aspiran a mejorar, que creen en la prosperidad por la vía del trabajo y se asumen como clase media, son ciudadanos que mantienen una sana distancia con el Estado, y aquí el Estado, sabemos, es él. Inadmisible. Las bondades de la vida o emanan de una persona o no existen: el único que da soy yo, padre de pueblos.

Dije antes que una de las mentiras mejor contadas es que el Presidente conoce como nadie este país. No lo conoce: conoce sus cinturones de miseria, y eso es un conocimiento muy limitado, ignorante de la complejidad de una sociedad que tiene a muchos, pero muchos millones de personas que no solo están, sino que se asumen como clasemedieras, incluidas muchas que reciben las llamadas ayudas del gobierno. Ese desconocimiento le pasó factura electoral esta vez, como se la pasó en 2012 y en 2006, luego de gobernar el DF, sí, de espaldas a las clases medias: ¿se acuerdan que la ciudad estaba arrasada por la delincuencia, y de su desprecio por aquella marcha contra la inseguridad?

No me gusta dar consejos, pero va uno. ¿Eres de los que recibe esas ayudas y al mismo tiempo te asumes como aspiracionista? Hazle caso a lo que dijo hace unos años el Presidente sobre la compra de votos: recibe la ayuda y luego vota como te dé la gana.

Libremente.

POR JULIO PATÁN
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM 
@JULIOPATAN09

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