Los resultados de la elección han provocado ya reacciones que nos indican por dónde podríamos transitar próximamente. Algunas por ahora lucen como intentos de reacomodo, pero otras se perfilan para ser de calado profundo.
Comencemos por la reacción inmediata del Presidente: reunirse con los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios. Podría tomarse como otro intento de acercamiento-convencimiento de López Obrador para que confíen en su gobierno e inviertan.
Rehacer la confianza de los empresarios fue su primer movimiento. Y con él, la apertura de las nuevas cartas con las que jugará en esa mesa: Rogelio Ramírez de la O, en Hacienda, y Arturo Herrera como gobernador del Banco de México.
A saber, si funcionará, pero hacia allá orientó la brújula.
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Luego, en su territorio –zona obradorista desde 2006 y bastión de la izquierda por 24 años–, Andrés Manuel perdió los estribos. La pérdida de más de la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México lo llevó a acusar a la clase media de individualista, de darle la espalda al prójimo y de no tener escrúpulos morales.
Y más le dolió que la responsable de la derrota fuera Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX, y su principal prospecta para la candidatura presidencial.
La reacción de AMLO, además de lo emotivo, ha sido: apoyar con todo a Sheinbaum. En lo económico –ya lo anunció– sacar adelante la Línea 12 del Metro con lo que haga falta. En lo político –es evidente– descargar las culpas en Marcelo Ebrard y/o quien haga falta para salvar a su delfina. Pero ante lo incierto del golpe que esto implica para la sucesión presidencial, el propio López Obrador abrió su baraja: incorporó a Tatiana Clouthier, Juan Ramón de la Fuente y a Esteban Moctezuma.
Sheinbaum, a su vez, repitió el discurso de AMLO contra los medios de comunicación y la clase media, y frente a los alcaldes de oposición –que buscaban una reunión con ella– reaccionó con desprecio: los atenderá el secretario de Gobierno.
A nivel nacional, donde Morena gobernará la mayor parte de los estados (17 de 32), la reacción ha sido la de imponerse de inmediato. Ante el intento de gobernadores de oposición de crear un nuevo bloque para defender a sus estados, Mario Delgado cantó el final de la Conago y anunció que los mandatarios de Morena replantearán la interlocución con el Ejecutivo.
Y para rematar, aún sin saber si lograrán negociar una mayoría calificada en el Congreso, López Obrador dobló su apuesta y anunció tres reformas constitucionales por venir: la eléctrica, la electoral y el traslado de la Guardia Nacional a la Sedena. A menos de dos semanas de la elección: nuevas rutas, nuevos cargos, nuevos rostros, nuevas actitudes.
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GEMAS: ¿Alguien entendió por qué Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, expuso ayer en la mañanera la logística del programa de vacunación en la frontera norte?
POR MARTHA ANAYA
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@MARTHAANAYA
DZA