En plenitud de su vida, a los 33 años de edad, muere el poeta Ramón López Velarde en la ciudad de México, la madrugada del 19 de junio de 1921, una neumonía le arrebató la vida, había nacido el 15 de junio de 1888, en Jerez, Zacatecas.
Sus primeros estudios los realiza en su natal Zacatecas y Aguascalientes, en 1908 fallece su padre y la familia decide radicar en San Luis Potosí, inicia su carrera de jurisprudencia en el Instituto Científico y Literario, donde se titula como abogado el 31 de octubre de 1911.
En el libro, Ramón López Velarde/álbum, escrito por Elena García Barragán y Luis Mario Schneider, editado por la UNAM, se lee “Es un lugar común describir siempre a López Velarde como reservado, tímido, asustadizo. Sin embargo, testimonios como el de Susanita Jiménez y otras amigas de infancia aclararon que era un niño alegre, chispeante, aunque participaba de momentos de gran seriedad”.
En 1912 es invitado a la Ciudad de México por el presidente Francisco I Madero, a quien conoció en SLP, José Luis Martínez, en el texto Examen de López Velarde, publicado en la revista El Hijo Pródigo, dice, “ocupa modestos puestos burocráticos y docentes, entabla rápidas y efusivas amistades entre el mundillo periodístico-bohemio y se inicia con todo su arrojo, pero con toda su timidez y su freno religioso, en un erotismo al alcance de sus posibilidades”.
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López Velarde colmó de amor a Josefa de los Ríos, María Nevares, Margarita Quijano, Fe Hermosillo, con ninguna de ellas contrajo matrimonio, su devoción a ellas se tradujo en poesía, escribió, “A fuerza de quererte me he convertido, Amor, en alma en pena”.
En 1916 Revista de Revistas, aparece el libro La sangre devota, en 1919 México Moderno edita Zozobra, para 1932 son recopilados sus poemas en El Son del Corazón, acerca de su poesía Jorge Brash señala en el libro La Suave Patria y otros textos, publicado por la Universidad Veracruzana “no sólo sigue cautivándonos, sino que además hoy podemos acercarnos a ella desde una mejor perspectiva para comprenderla y asimilarla”.
De su obra en prosa El minutero y Don de Febrero, el escritor Felipe Garrido, señala, “Brilla en sus textos un arte apoyado en la paradoja, la delicadeza, la elegancia, la brutal virtud de la palabra inesperada… eclipsadas tras el resplandor descomunal de sus versos”.
Los historiadores señalan que su poema La Suave Patria se pública en la revista El Maestro el 1 de junio de 1921, en el mes de la muerte de López Velarde que ya no lo vio impreso.
El autor de A un imposible fallece en un apartamento ubicado en la calle de Jalisco 71 -hoy Álvaro Obregón-, José Luis Martínez, escribe, “Le había matado dos de esas fuerzas malignas de las ciudades que tanto temiera: el vaticinio de una gitana que le anunció la muerte por asfixia y un paseo nocturno, después del teatro y la cena, en que pretendió oponerse al frío del valle, desarmado, porque quería seguir hablando de Montaigne”.
Sepultado en el Panteón Francés, el político Djed Bórquez, envía una corona con un listón blanco y letras negras, “Fuensanta…..”, cinco puntos que se traducen, Ruega a Dios por él.
POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS
COLABORADOR
DZA