COLUMNA INVITADA

Y a todo esto ¿qué país queremos?

Podemos comenzar a dibujar todos sobre el lienzo del México libre, justo y de futuro al que aspiramos

OPINIÓN

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Vanessa Rubio/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

No extraña que estemos atorados en la inmediatez. Mientras las pasiones se desbordan y el encono y la polarización son promovidos desde arriba, hay que reconocer que nuestro presente se retroalimenta y exacerba con la participación de todos.

La angustia, el miedo, la ansiedad, la desesperación, el desencanto y la frustración trasladados a nuestras redes acaban por convertirlas en espacios de repartición de culpas, odio y violencia.

Pero como sociedad no podemos quedarnos en la catarsis, necesitamos avanzar y comenzar a hablar de anhelos, de la visión que queremos construir todos juntos, del futuro que esperamos para nosotros mismos y que heredaremos a las nuevas generaciones.

Si en algo podemos coincidir los mexicanos es en que estamos insatisfechos.

Queda claro y motivos para la insatisfacción hay muchos y muy justificados todos.

Pero si esa es la conclusión de este largo proceso, toca ahora pensar.

¿Qué país queremos? ¿Qué hemos aprendido de la historia más larga y de la reciente?

¿Qué caminos no queremos volver a recorrer y qué avenidas no estaban tan mal, pero podemos repavimentar entre todos?

Si queremos avanzar, progresar, evolucionar en vez de quedarnos ofuscados y estancados, debemos aprovechar la insatisfacción como motor que nos une para dar el siguiente paso: imaginar y dibujar las aspiraciones comunes.

Difícilmente podríamos estar en contra de querer un México libre, un México justo y un México de futuro.

Un México libre, en el que todos podamos ejercer nuestros derechos y libertades a plenitud.

Donde nadie sea atacado desde el poder por decir lo que piensa, ni sea enjuiciado por vendettas políticas, pero sí llamado a cuentas por la comisión de delitos de acuerdo con el marco legal, donde nadie sea asesinado, donde nadie sea violentado.

Un México justo donde se garanticen, no desde el discurso si no en los hechos y sin distingos geográficos, de género, de edad o código postal, la alimentación, la salud, la educación, el empleo, la pensión, la vivienda y los servicios básicos.

Un México de futuro, vinculado con el mundo para aportar y recibir lo mejor del conocimiento y las experiencias de la humanidad, con acceso universal a las tecnologías que detonan inclusión, emprendedurismo e innovación.

No está tan difícil ponernos de acuerdo en estas grandes aspiraciones, pero debemos comenzar por desearlo.

Hay mucho que nos divide y podemos como país y como sociedad seguir empantanados en esa dinámica, pero también podemos comenzar a dibujar todos sobre el lienzo del México libre, justo y de futuro al que aspiramos.

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POR VANESSA RUBIO
COLABORADORA
@VRUBIOMARQUEZ

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