COLUMNA INVITADA

Una ciudad dividida

“Una casa dividida consigo misma, no se puede levantar” de esa manera, Abraham Lincoln se dirigió al público después de aceptar la candidatura del Partido Republicano como senador del estado de Illinois

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

“Una casa dividida consigo misma, no se puede levantar” de esa manera, Abraham Lincoln se dirigió al público después de aceptar la candidatura del Partido Republicano como senador del estado de Illinois.

Sin querer sonar anacrónico, es importante mencionar que, cuando se presentan las características necesarias, las palabras hacen eco. Ese fenómeno está sucediendo ahora, ante la insistencia de unos por querer una ciudad divida.

“Una casa dividida consigo misma, no se puede levantar” de esa manera, Abraham Lincoln se dirigió al público después de aceptar la candidatura del Partido Republicano como senador del estado de Illinois. Aunque se le suele atribuir a Lincoln dicha frase, desde antes se encontraba plasmada. En el Evangelio de Marcos aparecía de la siguiente manera: “Y, si una familia está dividida contra sí misma, esa familia no se puede mantener”.

Sin querer sonar anacrónico, es importante mencionar que, cuando se presentan las características necesarias, las palabras hacen eco. Ese fenómeno está sucediendo ahora, ante la insistencia de unos por querer una ciudad dividida.

Las elecciones de este 6 de junio crearon un mapa en la Ciudad de México que no tardó en transformarse en un espacio de batalla dentro de las redes sociales. Cargados de clasismo, aparecieron memes desde distintas cuentas que promovieron una división ciudadana según los resultados de las elecciones.

Los que pagan impuestos y los que reciben subsidios, los blancos y los morenos, la Alemania de Occidente y la de Oriente, los capitalistas y los comunistas; tal era el supuesto “humor” en páginas como Facebook y Twitter. No obstante, quienes compartían esos memes se olvidaban de la realidad ciudadana en la capital.

A lo mejor era chistoso para ellos crear dos ciudades opuestas, la una con la otra, en base a los resultados de las elecciones. Lo cierto es que es la ciudad es mucho más que eso. El por quién se vota no debería ser factor para querer separar a unos de otros. La gente que comparte esa división parece no conocer la fluidez y los movimientos dentro la capital.

En su imaginario existen solo dos partes, las cuales, según ellos, parecen no convivir. Aquellos que hablan, con tono clasista y “humorístico”, de dos ciudades, son los mismos que no entienden la dinámica de su población. Creen que de un lado están los trabajadores con educación y del otro los pobres sin ella; esa es la realidad que quieren promover en redes sociales. Eso solo termina creando división.

Los mapas estadísticos más recientes sobre los resultados de las elecciones muestran un panorama distinto al de las dos partes. Podrán decir que son memes, que solo son “chistes”, cuando ya en varias ocasiones se ha podido ver su impacto en la
sociedad.

Quienes se quejan de las divisiones que promueve el presidente, son los mismos que comparten y celebran con risas esos famosos memes. En 2017 la Ciudad de México, junto con otros estados, fue azotada por un terremoto. La población mexicana salió a las calles a ayudar, sin pensarlo dos veces.

Nadie se iba a preguntar a qué partido apoyaban quienes se encontraban en un edificio derrumbado, todo eso no importaba; la sociedad estaba unida bajo la solidaridad. Tiene muchos problemas que como sociedad se deben de enfrentar, pero esa sí es la ciudad que vale la pena.

POR IGNACIO ANAYA MINJAREZ

@IGNACIOANAY

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