BARÇA

Otra época

Solemos, al hablar de épocas en el futbol, tomar como referencia a los jugadores

OPINIÓN

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Gustavo Meouchi / De Leyenda / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Se habla del Brasil de Pelé, la Argentina de Diego, el Real Madrid de Hugo y, más cercano, el de Cristiano, de La Naranja Mecánica de Cruyff. Normalmente se pasa por alto el trabajo del técnico, pero pesa y mucho. Creo que hoy es importante hablar del Barcelona de 2021.

Llegó en agosto de 2020 a dirigir lo que estaba más cerca de las cenizas que de la grandeza. Las llamaradas habían venido de todos lados, la directiva había lanzado una ofensiva contra los jugadores, tan escandalosa, que se vio obligada a renunciar en octubre de 2020. La plantilla ya empezaba a airear sus problemas con el club y entre ellos, la afición se encontraba obligada a tomar partido por uno u otro.

El equipo estaba dando malos resultados, había sido eliminado las últimas temporadas de la Champions, tenía problemas para dominar el torneo local y en general se veía en la cara de los jugadores, al final de los partidos, el hartazgo y la desilusión.

El quiebre ocurrió ese 14 de agosto de 2020, cuando el Bayern Múnich humilló al Barça con un marcador de 8-2 en la Champions League. Las cosas empezaron a pasar muy rápido, Messi dio un manotazo con aquel burofax. Ya había insinuado que quería irse antes de eso, pero éste era un mensaje distinto, quería largarse, y además quería hacerlo ya, parecía que la relación estaba rota irreversiblemente.

Muy poco había que decir tras eso, salvo que una época había concluido, y de la peor manera.

A ese equipo llegó el holandés Ronald Koeman, traía veinte años de experiencia como entrenador y también un particular conocimiento del equipo como jugador. Él había portado la camiseta azulgrana en 1990, como parte de aquella escuadra dorada que formó Johan Cruyff, con jugadores españoles y extranjeros. La que ganó varias ligas españolas, Copas del Rey y, por supuesto, la Liga de Campeones de Europa en 1992. Pero, sobre todo, aquel que había dado al club una identidad futbolística a la que se sumaría Pep Guardiola y algunos más.

Koeman llegó a lidiar con la crisis deportiva, moral y económica. El inicio fue lento, pero la salida de la directiva de Bartomeu, dos meses después, ayudó a liberar presión y generó condiciones de negociación.

Con un equipo lleno de jóvenes, con más altibajos en los resultados de los que estaba acostumbrado a manejar, y diferencias entre los propios jugadores, Koeman empezó a enderezar el barco. Ya ganó la Copa de Rey y está peleando La Liga, compitiendo centímetro a centímetro con sus dos acérrimos rivales, el Real Madrid y el Atlético de Madrid.

Parecería una expectativa muy modesta para un equipo con el historial del Barça, pero sólo con la conciencia de la crisis es posible valorar que, pese al cercanísimo 2020, el equipo tenga forma suficiente para competir con nivel.

Gane o no la Liga, el trabajo del técnico holandés ha sido impecable. Hay que tomar en cuenta que perdió muy pronto en el campeonato a dos figuras del club, el brasileño Coutinho y al canterano Ansu Fati, ambos por lesión. También se enfrentó a la baja de juego de Antoine Griezmann, quien había llegado al club con altísimas expectativas y tuvo que poner en cinta al francés Ousmane Dembélé que, a pesar de su talento, no había podido jugar con regularidad por sus constantes lesiones, derivadas de su poco afecto al entrenamiento y la afición a las salidas nocturnas.

Koeman no es un hombre tranquilo, ha defendido polémicas declaraciones de sus jugadores y externado él mismo algunas opiniones que discrepan de las de la directiva del club. Incluso hoy está sancionado por haberle hecho algunos comentarios al cuarto árbitro en el partido del pasado 29 de marzo frente al Granada, lo que no sólo le valió la expulsión, sino una sanción de dos juegos.

Estando tan cerca el fin de la temporada y teniendo que enfrentarse al Atlético este fin de semana, es un mal momento para no tener técnico en la cancha.

Pese a todo, no podemos dejar de lado el gran trabajo de Koeman y esperar que con el tiempo y la continuidad, rinda los frutos esperados para la afición y el equipo. Así, tal vez, estemos ante otra época del Barça, la época Koeman.

POR GUSTAVO MEOUCHI
COLABORADOR
@GMOSHY67