AIRE PARA PENSAR Y DEJAR PENSAR

Jugar nos hace bien también

El juego es una extraordinaria oportunidad de dejarnos de etiquetar y experimentar quienes somos, es probar una paleta de distintos colores

OPINIÓN

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Paola Albarrán / Aire para pensar y dejar pensar / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Con el juego el tiempo es relativo, da igual el reloj mientras todo vaya en armonía. En un buen juego te sientes vivo. Al tomar el rol de alguien más te libera y te deja espacio a crear, sin traicionar al deber ser. En el juego todo se engrandece. Se magnifica la grandeza de lo simple y entonces, una cobija azul puede ser tan grande como el mar, o un juego de naipes puede tener otra finalidad.

Si leer te hace viajar, jugar te hace vivir el viaje; es tan fácil empezar y cuando lo haces entras en una dimensión nueva, una magia que se crea y se transforman en recuerdos que permanecen. Es una felicidad inmediata. Te permite conocer el mundo y conocerte a ti mismo.

Tu cuerpo se siente diferente, en una sensación de disfrute. Para planear un juego deben existir acuerdos. Accordare, “ac” que quiere decir asimilación, y “cord” que quiere decir corazón. Es decir, es un pacto entre corazones. Se establecen reglas, limites, roles, todo toma forma y comienza la función.

Que no tiene como fin entretener a ningún público, si no disfrutar el presente entre los involucrados. Jugar como adulto nos parece complicado, por la “falta de tiempo”, o por falta de alguien con quien hacer resonancia, sin embargo, es importante jugar lo más seguido posible, es fundamental no perder para siempre la esencia de la espontaneidad, en el juego es donde no pasa nada, donde cuando se termina desaparece esa realidad y entonces podemos dimensionar con mayor claridad lo que nosotros percibimos como real.

Para jugar hay muchos caminos; es contestar con dichos, con anécdotas, con refranes o como dicen algunos por ahí, es ponerle una ramita de epazote y buena actitud, es afilar la mente, refrescarla, buscar respuestas poco convencionales cargadas de humor es darle juego a la vida para que la vida entre en juego.

Te da también para producir historias o impedirlas, el juego es algo que tu te puedes regalar a ti, es tiempo, es grandeza, pues eres tu mismo con un objetivo de disfrute y de soltar la realidad aunque sea por un ratito. No te tomes nada tan a pecho, ya vimos que lo importante permanece y encuentra su propio cauce para quedarse contigo, siempre buscamos conquistar la luna y nos perdemos del espectáculo que es cada estrella.

Jugar es poner el mundo en pausa y lograr por minutos bajarnos de él. Nunca estamos preparados para hacer las cosas al cien siempre nos puede faltar algo para empezar, el reto es divertirnos, atrevernos, no tomarlo en serio y volar, y ya en el vuelo corregir.

Y entender que a la felicidad no se llega si no que siempre está, y que es tan grande que tiene algunos huecos por donde lo oscuro también se puede colar.

Siempre hay una añoranza de los niños que juegan a ser adultos, y de adultos que juegan a ser niños, y ya que no existe una máquina del tiempo creo que el conducto más directo es el juego y así poder recuperar la magia de sentirse vivo

POR PAOLA ALBARRÁN
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@PAOLAALBARRAN

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