COLUMNA INVITADA

México S.A.

La adquisición de la refinería Deer Park debe formar parte de una política integral. Hay que apuntar a la generación de energías limpias

OPINIÓN

·
Onel Ortiz Fragoso / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la compra de la refinería Deer Park en Texas, propiedad de Shell, lo cual abrió un debate sobre la conveniencia o no de la adquisición y de la política energética del gobierno en su conjunto. Seguramente esta transacción será una de las más cuestionadas, supervisadas y auditadas del sexenio. 

Hay que destacar que dicha compra sea un asunto público y que se debata, incluso con pasión. Es positivo que el Presidente haya anunciado el hecho, que el director de PEMEX y demás servidores públicos involucrados hayan explicado los objetivos, metas, costos y alcances. También que especialistas, medios de comunicación y redes sociales opinen, cuestionen y critiquen. Es natural que la oposición, en su papel, rechace esta acción. 

El Presidente tiene la facultad de hacer la operación. Tres cosas quedaron claras y hay que estar pendientes de que se cumplan. Primero, que afecte los recursos para medicamentos o vacunas. Segundo, que se pague un precio justo, que no haya corrupción, sobreprecios o moches, y tercero, que cumpla con las expectativas de producción esperadas, lo que debe repercutir en gasolinas más baratas.

Que positivo para el país hubiera sido que en la compra o realización de otras obras públicas de gran envergadura como las plantas de agronitrogenados, la construcción de penales o la Línea 12 del Metro, hubieran contado con tanta vigilancia. Al final, la compra de esta refinería debe ser un buen negocio para México.

Esta adquisición debe formar parte de una política energética integral. Debe apuntar hacia la generación de energías limpias. Sin embargo, hay necesidades inmediatas y de mediano plazo. Sería deseable que la inmensa mayoría de los autos con motores de combustión interna mudaran a energía eléctrica de la noche a la mañana, pero esto no es posible. 

El mercado de combustibles fósiles crecerá, principalmente para economías emergentes, como México y China, lo cual de ninguna manera implica no invertir o dejar de dar pasos importantes en la generación de energías limpias.

Se requieren varias acciones estratégicas: Primero, que los consumidores tengan acceso a combustibles baratos. Segundo, contratos justos, competitivos y transparentes con los generadores privados de energía. Tercero, la transformación de PEMEX y de CFE, no para volver al pasado, sino para convertirlos en motores del desarrollo nacional.

La reforma energética de 2014 no funcionó. De nada sirve parches con reformas que rayan en la inconstitucionalidad. El país requiere una reforma energética con visión de Estado. 

ONEL ORTIZ FRAGOSO

ANALISTA POLÍTICO Y ASESOR PARLAMENTARIO

@ONELORTIZ

MAAZ