Nunca habían estado así de interesantes las últimas encuestas permitidas por la ley antes de una elección en México. Los números que publica hoy Heraldo Media Group reflejan cómo llegan las alianzas y sus candidatos a los cierres de campaña a una semana de la jornada electoral. Nos dan una idea clara de cómo se fueron desarrollando las campañas y cómo fueron creciendo -o cayendo- los candidatos a las 15 gubernaturas en juego, durante las semanas y los meses.
Sin embargo, el resultado oficial de los comicios podría variar en varias entidades. Dependerá de la capacidad de los partidos para motivar a sus militantes y simpatizantes a votar, de la participación de los más de 94 millones de mexicanos que tendremos esa posibilidad. Por supuesto, no pueden descartarse acontecimientos de última hora que muevan los ánimos o las preferencias.
Particularmente este año, cuando la polarización domina el escenario político; cuando el Presidente de la República está metido de lleno en el proceso como nunca antes en la historia; cuando el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación han resistido los embates, sin precedentes, desde Palacio Nacional; cuando la violencia y los crímenes contra políticos se convirtieron, desgraciadamente, en noticia diaria.
Claro que hay estados donde el resultado electoral se dibujó muy claramente desde el principio de las campañas. En Nayarit, Colima, Tlaxcala, Querétaro, Guerrero, Michoacán, Baja California, Zacatecas, Sonora y Sinaloa prácticamente no se movieron las tendencias iniciales. En Baja California Sur, Campeche y Nuevo León, las preferencias electorales dieron volteretas inesperadas, muy distintas a como comenzaron las campañas.
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De acuerdo a las encuestas, habrá finales de fotografía en Chihuahua, Nuevo León, San Luis Potosí y Campeche, al menos. Seguramente habrá impugnaciones en varios estados. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se jugará su prestigio, imparcialidad y autonomía. Una tarea que no desconoce, pero que ahora enfrentará bajo presiones y circunstancias muy distintas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador también tendrá un doble desafío simultáneamente. Por un lado, el refrendo, o no, del respaldo ciudadano a su gobierno y a su proyecto de nación. Por el otro, demostrar la solidez de su vocación democrática y su respeto a la voluntad de las urnas. Esas mismas que lo llevaron a Palacio Nacional en 2018. Él sabe mejor que nadie que del resultado electoral de 2021 depende la viabilidad de su Cuarta Transformación.
Los analistas afirman que esta será una elección doble. Porque las elecciones de gobernadores y presidentes municipales importan a los ciudadanos porque son sus autoridades más cercanas. Las que atienden y resuelven sus problemas inmediatos. En cambio, las elecciones para diputados federales y congresos estatales definirán su futuro y el de sus hijos. Con esa consciencia deberemos acudir a votar el próximo 6 de junio.
POR ALEJANDRO CACHO
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