OJOS QUE SÍ VEN

Un "perdón" poco sincero

Para empezar, quien pide perdón reconoce de manera intrínseca una culpabilidad. Ahora bien, para la mayoría de las personas en México que profesamos una fe, esto nos pone en un terrible dilema, y el empleado en Palacio Nacional lo sabe

OPINIÓN

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Créditos: Especial

Sorprendió esta semana que Andres Manuel López Obrador, presidente de México, pidiera perdón por la tragedia ocurrida en la línea 12 del metro, al desplomarse parte de la estructura elevada que provocó la muerte de 26 personas y lesiones en 79 más. Las reacciones a ese comentario se entienden en dos vertientes: primero porque una reacción de esa naturaleza se produce dos semanas y media después de la catástrofe, y segundo porque esta petición de “perdón” surge después de que este personaje mandara “al carajo” el reunirse con las familias de los muertos y los heridos. Por lo tanto, la percepción de la opinión pública es de poca sinceridad del presidente y peor aún, se entiende como una mera estrategia para detener lo que ya es palpable, el derrumbe de las preferencias electorales hacia el partido Morena en la capital de la República. El presidente pide “perdón” por lo ocurrido en la línea 12 del Metro. Para empezar, quien pide perdón reconoce de manera intrínseca una culpabilidad. Ahora bien, para la mayoría de las personas en México que profesamos una fe, esto nos pone en un terrible dilema, y el empleado en Palacio Nacional lo sabe. Los cristianos estamos llamados a perdonar al prójimo no siete, sino 70 veces siete a quien nos ofende. Así lo plantea Jesús en el Evangelio de Mateo, capitulo 18 versículos del 21 al 35. Sin embargo, desde la pregunta de Pedro al Maestro, hasta la parábola del perdón de las deudas, queda claro que la petición del perdón debe nacer auténtica, desde el corazón. En caso contrario el castigo es pagar la deuda hasta el último centavo. A los hombres y mujeres de fe, la petición de perdón del presidente mexicano nos coloca entre la espada y la pared. ¿Lo perdonamos o no? En un sondeo realizado en mi cuenta de Twitter @jesusmartinmx, al momento de escribir esta columna, el 78 por ciento de los participantes no aceptan el perdón del presidente de este país. Y la razón es muy sencilla de explicar. No perciben en el presidente una sinceridad en la petición. Por lo tanto, esa acción, recomendada quien sabe porquién, ha resultado profundamente contraproducente en el ánimo de la gente. Misma situación la vivió Clara Luz Flores, candidata de Morena en Nuevo León quien luego de pedir perdón por la mentira de no conocer a Keith Raniere, líder de la secta NXIVM su popularidad se ha derrumbado de manera impresionante e irreversible. López Obrador tiene un pésimo control de situaciones de crisis. Maneja muy mal sus reacciones ante la opinión pública, y lo peor es que parece no importarle. El próximo domingo seis de junio seremos testigos del veredicto de los ciudadanos convertidos en electores. No tengo duda que la lección será muy dura, pero lo que preocupa es que la lección no sea entendida por el alumno.

Corazón que sí siente

A pesar de todo lo que se ha dicho de Ricardo Gallardo, candidato de la alianza PT y PVEM al gobierno de San Luis Potosí, su popularidad no baja y podría hacerse de la gubernatura del estado. Esto se explica por la operación política de Héctor Serrano quien ahora, desde la entidad, busca una candidatura plurinominal y logrará que el PT no pierda su registro. Carambola triple de Serrano.

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
@JESUSMARTINMX

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