COLOFÓN

New vs. York

Renace Nueva York y, después de los tiempos siniestros, potencializa sus fortalezas

OPINIÓN

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Rafael Micha / Colofón / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Renace Nueva York y, después de los tiempos siniestros, potencializa sus fortalezas. El arte a la n mil exponente está de regreso. Por ejemplo, la exposición de la pionera Niki de Saint Phalle, un joya íntima en MoMA PS1, vs. la extravagancia de Yayoi Kusama, quien, a sus 92 años, conquista la ciudad desde el Botanical Garden.

Los museos se sienten “raros” y con demasiada gente. Por lo mismo, los jardines y muestras al aire libre bien merecen una vuelta. “We are Social Animals”, como dice el eslogan de Baja Club, pero no tanto… aún.

En Manhattan, el íntimo jardín escultórico Abby Aldrich Rockefeller del MoMA se aprecia mejor con la magistral Rose II (2007) de Isa Genzken. Bienvenidos sean, también, los ejemplos de Alexander Calder –so pretexto de su exhibición homónima, allí mismo–, y las esculturas de Auguste Rodin. “Al fresco mata encierro”… con todo y van Gogh y Picasso.

Por eso, nos desviamos a Queens para ver la producción de Rashid Johnson en el atrio del PS1 vs. el tan concurrido MoMA. Es la belleza de la sencillez vs. el estruendo de lo nuevo; lo sutil de la obra de Louise Nevelson en Saint Peter’s Church vs. las instalaciones en el subway, como las de Will Wegman en 23th Street.

Hay que evitar los tourist traps, que lo seguirán siendo por los siglos de los siglos, ¡amén! Brian McNally y sus restaurantes, como Balthazar, son pésimos y, por demás, pedantes. Quizás en los 90, el esnobismo de la hostess –que se incluyó en un capítulo de Sex and the City– fue cómico. En 2021, resulta patético y, después de los tiempos siniestros, insultante.

Por el contrario, hay que reconocer la belleza y atemporalidad de The Mercer (nice upgrade, Mich!) frente al hype pasajero de otros hoteles que no sobrevivieron.

Preferimos deambular por Bedford Ave., en Brooklyn vs. Soho y el Lower East Side (con todo y sus tiendas de Aimé Leon Dore y Bode); visitar restaurantes como Reunion y sus vinos del Golán vs. los lugares pretenciosos op cit: los pasteles de Martha’s Country Bakery vs. el multinacional Laduree Paris.

Apreciar y comprar moda resultante de las collabs de UNIQLO con Jil Sander; o de H&M con Sandra Mansour (quien SÍ responde los emails puntualmente); o Simone Rocha y DVF vs. el casi desierto Uptown East Side con todo y la promoción que Taylor Swift le hizo al vestir Oscar y Etro durante los Grammy’s.

También se tienen que visitar The Frick Madison en el edificio Bauer, y librerías, como Shakespeare and Co. y The Strand, y no los gigantes que las desplazaron. Galerías boutique, sin sucursales, tipo marca de lujo New York, Paris, London et al. con exhibiciones de museo para Nan Goldin y Alex Katz. Y, después del año que vivimos, no puede faltar la lectura del New York Times el domingo, en print y ensuciarse las manos.

POR RAFAEL MICHA
@RAFAELMICHA

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