COLUMNA INVITADA

Zedillo: Lecciones y controversias vigentes

Ernesto Zedillo Ponce de León, ex presidente de México, dista de simpatizar con algunas prácticas atribuibles al presidente Andrés Manuel López Obrador

OPINIÓN

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Salvador Guerrero Chiprés/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ernesto Zedillo Ponce de León, ex presidente de México, dista de simpatizar con algunas prácticas atribuibles al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Descalificado como “tecnócrata”, fue fundamentalmente un político que tomó decisiones reconocidas como responsables por la literatura de macroeconomía y de ciencia política. 21 años después de concluido su sexenio, su prevaleciente inteligencia le impide omitir aquello reconocido como esencial para el cambio y las reformas indispensables de países como México.

Preciso. Aunque difiere de “la estrategia de confrontar” o polarizar, reconoce los requisitos políticos para reformar socialmente al Estado nacional. Evita asociar específicamente con el mandatario mexicano dicha estrategia.

La refirió como problemática general en su conversación con 1,600 empresarios mexicanos, el pasado miércoles, patrocinada por Grupo Coppel, acerca de la situación de América Latina.

Sostuvo que “la estrategia de confrontar a veces resulta en el corto plazo, pero es dañina y contraproducente si no se asume la responsabilidad en el largo plazo”, en cuyo caso, dijo, debe privilegiarse lo que llamó “unidad de propósito” que habitaría centralmente todo nuevo pacto social.

La divergencia mencionada no impide realizar algunas afirmaciones fundamentales y que paradójicamente lo acercan a valorar positivamente la situación actual: una verdadera reforma pasa por fortalecer el Estado de Derecho y a la seguridad social mediante el combate a la desigualdad; pero, agregó, —y esto es el punto de coincidencia que quizá él mismo no advierta— el cambio real se fundamenta en la afectación de “intereses creados, sean de corporaciones o de gremios”, y supone “apoyo social mayoritario”.

Zedillo podría, desde el punto de vista de las condiciones que permiten reformas y verdaderos cambios de régimen, mencionadas por él, respaldar un instrumento verificable en relación con el presidente López Obrador y la 4T: son sus defensores y líderes quienes tienen apoyo popular y una agenda social verificable.

La afirmación sobre la necesidad de reformas apoyadas en respaldo social y agenda social democrática proviene de un ex mandatario de contundentes credenciales: encabezó la mejor época de crecimiento económico de nuestro país con tasas promedio anual de 5 por ciento del PIB durante su sexenio, y se decidió por el acompañamiento e impulso de la reforma política favorecedora de condiciones para que la capital nacional tuviera un gobernante de izquierda, a tono con la opinión predominante, y no se resistió a las transiciones presidenciales distintas al PRI iniciadas en el año 2000.

Estamos llamados a reflexionar, local, nacional y globalmente, y con ello a situar a la defensa de intereses sociales como esencial para el México del 2021.

POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS
PRESIDENTE DEL CONSEJO CIUDADANO PARA LA SEGURIDAD Y JUSTICIA DE LA CIUDAD DE MÉXICO 
@GUERREROCHIPRES

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