UNA CHAIRA EN EL HERALDO

Pobres de las mujeres...pobres

La creación del Día de la Madre fue para contrarrestar la lucha de las feministas de principios del siglo XX

OPINIÓN

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Fernanda Tapia / Una chaira en El Heraldo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El 10 de mayo vino a rescatar a muchos comerciantes que ya veían otro año perdido. Observamos imágenes del mercado de Jamaica hasta la ¡mauser! Sin embargo, ahí mismo se tiró el año pasado, 90% de las flores. Los expertos de la Concanaco estimaron una derrama económica de 70% de las ventas registradas en 2019. Algo es algo. Mucho festejo, muchas mañanitas, algunos restaurantes ya hasta con trío amenizando el brunch.

Sin embargo, ahora se ha contabilizado que a las mujeres es a quienes más nos pegó la pandemia. Las mujeres fuimos las que más perdimos el empleo. Las jóvenes son las que más desertaron de la escuela. Y por si fuera poco la principal causa de muerte materno infantil actualmente es el COVID.

En un inicio nadie había volteado a ver las consecuencias del SARS COV 2 durante el embarazo. Esto no me atrevería a contarlo el mero día 10, porque si no luego se hacen tarugos y ya no le hablan a su mamá ni para saludarla. Así que prefiero echarme hoy el round de cómo diablos fue que se creó en México este festejo.

Miren, las feministas mexicanas ya habían celebrado el Primer Encuentro Feminista en 1916. Siempre por los rumbos del sureste. En Yucatán estaba muy avanzada la lucha de las mujeres que exigían decidir sobre su cuerpo, instruían a otras acerca de la anticoncepción, y hasta de la interrupción del embarazo. Ya ni se diga de sus derechos para votar y recibir el mismo salario que sus compañeros varones.

Acabando la Revolufia y siendo presidente don Álvaro Obregón, esta “escandalosa” situación llegó a oídos de la moral y las buenas costumbres de por acá, en la capirucha, donde las familias más conservadoras y las señoras copetudas y fifís decidieron salir a marchar a avenida Reforma para pedir a los gobernantes que pusieran un alto a “semejantes indecencias”.

El presidente Obregón mandó a su chalán, el maestro Vasconcelos a ver qué sucedía. Éste le trajo todas las noticias e idearon un plan para que de ninguna manera las mujeres perdiesen “la vocación de la maternidad”. Imagínense que ¡sacrilegio! Así se reunieron a puerta cerrada el secretario de Educación (Vasconcelos) con el periodista Alducin (director del Excélsior), posteriormente apoyados por la iglesia y llevando la propuesta hasta el entonces Papa XI.

El haber creado este festejo, de ninguna manera era sólo para agasajar a las dadoras de vida, sino definitivamente para contrarrestar la lucha de las feministas quienes argumentaban que las mujeres teníamos capacidades “para ejercer labores fuera del ámbito doméstico”. Y claro, aquí se empezó a premiar a la mujer que más había parido. Y se siguió enalteciendo a la mujer que más sufría de golpes y pobreza. Por eso algunas mujeres no celebramos el 10 de mayo como nos lo han pintado. Aunque eso sí, nunca dejo de felicitar a mi jefecita, porque a ella le valen gorro mis “teorías del complot” y no me lo perdona.

POR FERNANDA TAPIA
DENUNCIAS@FERNANDATAPIA.COM 
@TAPIAFERNANDA

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