Como bien se comenta en la conversación permanente que promueve Industrial Transformation México, la Hannover Messe de México y América Latina, estamos metidos de lleno en la Cuarta Revolución Industrial, en la que diversas tecnologías y disciplinas como la nanotecnología, el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial y muchas otras se interconectan unas con otras para generar nuevos modelos de negocio, de operación e inclusive sociales.
Uno de los elementos más importantes para que las empresas puedan aprovechar al máximo todo el valor de esta evolución es la del sistema humano. Sin embargo, es justamente en este sistema clave en donde ha habido menor evolución y disrupción.
Hablando de la gestión del sistema humano, seguimos manejando modelos y fundamentos que se originaron hace más de cincuenta años, pero que hoy han sido rebasados. Es momento de reemplazar paradigmas y subir los sistemas humanos de nuestras organizaciones al mismo nivel de evolución de los demás aspectos operativos. Los principales cambios son:
Dejar atrás el concepto de “cultura organizacional”. Esto puede sonar a blasfemia, pues es un paradigma profundamente incorporado a la conversación y modelos organizacionales desde poco después de la Segunda Guerra Mundial, pero si consideramos que el índice de éxito histórico mundial en procesos que enfocan cambio cultural es menor al 35%, uno no puede dejar de preguntarse por qué el liderazgo sigue enfocado en una estrategia tan poco efectiva.
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La razón es simple: la cultura es un elemento social, colectivo y tremendamente complejo. El gran Geert Hofstede describe a la cultura acertadamente como “la programación colectiva de la mente”. Si bien nadie nacemos con una cultura, ésta nos es programada por nuestra colectividad desde el primer día de nuestras vidas.
Esta “programación cultural” es lo que nos hace parte de esa colectividad de familia, amigos y comunidades y es un elemento fundamental de nuestra identidad. Por todo esto, cuando una empresa tiene la temeridad de tratar de cambiarla, la cultura generalmente gana.
La clave es reconocer al sistema humano como uno más de los sistemas operantes de la organización, compuesto por personas operando procesos para conectarse y colaborar, utilizando tecnología. La tarea de las organizaciones es asegurar que las personas operen los procesos y usen la tecnología de forma unificada, eficiente y aligerada con objetivos de valor.
Cuando en InZynch ayudamos a las organizaciones a aplicar este modelo, se logran los objetivos que usualmente se buscan mediante el “cambio cultural”, tales como integración, colaboración altamente eficiente, productividad, eliminación de procesos y actividades sin valor y alineación de todos los objetivos. La diferencia es que los objetivos se logran con un 80% de efectividad y en solo meses en lugar de años (o nunca).
Un sistema humano formalizado y bien operado es la piedra angular para la aplicación de iniciativas como la digitalización, de forma acelerada y obteniendo los máximos beneficios. Éste es uno de los elementos que permite atraer y retener talento pues las personas valiosas aprecian un entorno de orden, eficiencia y bajo estrés.
Es momento de realizar este cambio de conversación y enfocar la buena administración de los sistemas humanos, dejando la cultura en donde debe estar; es decir, en el ámbito de los social y personal.
Los esperamos en el gran evento de Industrial Transformation México, la Hannover Messe de México y América Latina, la cual tendrá lugar en Poliforum León, Guanajuato, del 6 al 8 de octubre de 2021, para explorar éste y otros temas de la Cuarta Revolución Industrial y conocer las grandes oportunidades que nos presenta.
POR ALBERTO GARCÍA-JURADO
DIRECTOR GENERAL DE INZYNCH
DZA