SILBATAZO INICIAL

Resistencia al cambio…

El único argumento de Ricardo Ferretti para mantenerse, según lo visto en redes sociales, era su pasado

OPINIÓN

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José Eduardo Iga / Silbatazo inicial / Opinión El Heraldo de México

La zona de confort a lo largo de la historia humana ha sido objeto de múltiples discusiones, sobre todo cuando se habla del ámbito económico. La estabilidad que genera contrasta, paradójica y malamente, con la desaparición del esfuerzo a falta de retos nuevos y la seguridad que otorga.

Tigres, como institución, se encontraba ahí. Con el anuncio de la despedida de Ferretti, fueron muchos los que imploraban que se quedara, pese a que el equipo del bigotón estaba desplegando un futbol con tintes nauseabundos en los últimos dos años; incluso en el campeonato que logró contra León, donde la pésima Liguilla fue maquillada por las atajadas impresionantes de Nahuel Guzmán en los seis partidos de aquella instancia final de 2019. 

Desde aquel título, por las formas, se venía avisando que era urgente empezar a renovar las líneas, pero claro, con dos pilares como Gignac y Nahuel, los logros se le siguieron dando a la institución nicolaíta, más por individualidades que por un buen funcionamiento colectivo. 

Discurrió el tiempo, ganaron la Concachampions, torneo de un nivel futbolístico ínfimo, tal y como el que estaba exhibiendo Tigres en todo ese semestre, pero volvemos a lo mismo: Gignac ya hacía prácticamente todo y escondía la hecatombe que se aproximaba. Incluso en el torneo que la FIFA denomina como Mundial de Clubes, en el que basta ganar dos míseros partidos para llamarte subcampeón, la figura francesa salvó a los norteños del ridículo contra los coreanos, y con quizá el único buen duelo de todo el año, doblegaron al Palmeiras para convertir la actuación de Tigres en histórica, y no es que a su regreso se hayan quedado en Qatar, como muchos periodistas del medio insinuaban. Ya era el equipo más viejo de la liga, estadísticamente el que menos corría, y con las dictatoriales formas de Ferretti, y maquillado por estos resultados, el que menos ganas tenía de renovarse, pese a que la directiva hizo el esfuerzo por traerle jóvenes de gran calidad.

Al simpático brasileño, insisto, se le debe hacer una estatua en Nuevo León, pero el ciclo terminó cuando debía. Aficionado tigre, no se preocupe. No se resista a un cambio de timón, cuando su único argumento para mantenerse, según lo que he visto en redes sociales, era su pasado. Nadie defiende su presente y si usted no rinde en su empresa le van a echar tarde o temprano, sin demeritar el trabajo que ya desempeñó. 

Para tranquilizarle, de los estrategas que están en la Liguilla, Almada es de la nueva escuela e hizo jugar a Santos con todo y sus nueve lesiones de pilares importantes. Solari, recién llegado, ya superó al Piojo en puntos. Larcamón llevó al modesto Puebla al tercer lugar de la tabla con un gran estilo de juego. Aguirre, después de 20 años, también peleará por el título. Qué decir de Reynoso con el Azul, técnico desconocido que hizo de La Franja la mejor defensa en dos torneos y estuvo a dos puntos de romper el récord en torneos cortos. Pezzolano, con Pachuca, también tendrá esa oportunidad. Hay nostalgia, pero seguro estoy que otra etapa de triunfos se vendrá para los Tigres.

POR JOSÉ EDUARDO IGA

TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN

TWITTER: @JOSE_IGA

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