Hace unos eternos 17 años, el embajador Jeffrey Davidow acuñó la parábola de "el oso y el puercoespín" para describir las relaciones entre Estados Unidos y México.
La frase, título de un libro, describe a unos Estados Unidos siempre interesados en embrazar todo lo que esté a su alcance, frecuentemente sin considerar la opinión de los objetos de su interés, y al puercoespín mexicano, siempre listo a sentirse amenazado, cuando no ofendido.
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El libro viene a la memoria con la lectura de un reporte de la US-Mexico Foundation, bajo el título de El Caso y la Ruta para el Desarrollo de Apuntalamiento de Aliados: México, en el que se presenta un interesante alegato por la profundización de las relaciones comerciales y estratégicas bilaterales.
Según el texto, Estados Unidos y México tienen una oportunidad única para fortalecer y profundizar los lazos conjuntos de fabricación, inversión y desarrollo, comercio, facilitación, seguridad y gobernanza, mediante la adopción de una estrategia de "apuntalamiento de aliados".
El documento parte de los problemas logísticos creados en 2020, por la pandemia de COVID-19, que subrayaron las limitaciones en las rutas largas de suministro, y fueron acentuados más por roces políticos entre potencias.
Así, consideraciones geopolíticas y estratégicas plantean cambios en las cadenas de suministro, que sin duda llevarán al trasplante de muchos empleos básicos.
Uno de los países afectados puede ser China, hoy considerada como "la fábrica del mundo" y punto esencial manufacturero para muchas marcas internacionales, pero también uno de los polos en el actual rejuego político entre potencias. El otro es Estados Unidos.
Tanto EU como China parecen prepararse para el choque. En alguna medida, el impulso que ha dado el país asiático a su diplomacia comercial es parte de esa competencia; implica ganar mercados y asegurar rutas de suministro.
La estrategia estadounidense incluye a aliados como Japón, India y Australia en un esfuerzo por contrarrestar la influencia política y comercial china en la cuenca de los océanos Índico y Pacífico, y la posible reubicación de plantas o partes de los procesos de producción en países otros que China.
Para la fundación, "una estrategia de apuntalamiento de aliados ofrece un marco único, a través del cual EU y México pueden construir sobre más de 30 años de coproducción y comercio entrelazados, pero con una mirada hacia el futuro".
Pero sería también un proceso en el que ambas naciones entrarían en una relación aún más íntima que la que tienen ahora, lo que sin duda acarrearía obvias ventajas económicas, pero también provocaría la renuencia de tradicionalistas y la resistencia de nacionalistas.
El gobierno de Joe Biden es una nueva versión de "el oso", listo para acercarse y atraer al que es realmente un importante vecino, pero también uno donde la visión de moda parece deseosa de despertar al puercoespín...
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
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