Cuando hablamos de la Toma de Zacatecas evocamos dos grandes batallas, la primera, ocurrida en 1811, y la segunda, en 1914; en ambas ocasiones el bando conservador fue derrotado. En el siglo XVIII fueron los insurgentes, liderados por Ignacio López Rayón, quienes vencieron a los realistas, dirigidos por José Manuel de Ochoa. En el siglo XIX fue el turno de La División del Norte, con Francisco Villa y Felipe Ángeles a la cabeza, de derrotar a las fuerzas de Victoriano Huerta, bajo las órdenes de los generales Luis Medina Barrón y Argumedo Hernández.
En este siglo, la importancia estratégica de Zacatecas continúa siendo relevante para lograr concretar la Cuarta Transformación de México. Tal como en la Revolución, hoy tenemos la oportunidad de contribuir a lograr que el viejo régimen termine de morir y un México más justo y equitativo termine de nacer.
En 2018 se cortó una importante arteria que alimentaba la corrupción del viejo régimen, al lograr que la presidencia, el Congreso de la Unión y otros cargos públicos fueran renovados con una auténtica vocación de servicio, que comenzó a desarticular el complejo sistema de tráfico de influencias que se había apoderado de nuestra vida pública, enfrentando una gran resistencia, incluso desde las instituciones, especialmente de los medios tradicionales de comunicación que vieron afectados sus ingresos, que provenían de contratos con el gobierno.
Para vencer la resistencia en un contexto institucional y mediante el movimiento pacífico que logró articular el presidente Andrés Manuel López Obrador debemos enfrentar en el debate público los dos proyectos que pueden dirigir el destino de México: el conservador, representado por la coalición formada de los escombros del resquebrajamiento del viejo régimen, cuya motivación es conservar sus privilegios y seguir viviendo de su acostumbrada corrupción, o el proyecto transformador de corte liberal, que retoma los principios democráticos y de justicia social.
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De los 15 estados que elegirán un nuevo gobierno, 14 se encuentran en manos de la oposición, que pretende frenar la voluntad ciudadana de afianzar y profundizar las conquistas logradas en los primeros años del nuevo gobierno, y que incluso se han coaligado, a pesar de sus supuestas diferencias ideológicas, para presionar al gobierno federal y contribuir al golpeteo mediático contra el presidente con mayor respaldo y legitimidad.
Es indispensable definirnos, políticamente, para ser protagonistas de nuestra historia. Hoy el llamado es a dar la batalla ideológica, pues combatir las ideas neoliberales que insisten, pese a la realidad, que la mejor forma de dirigir el desarrollo nacional es concentrar la riqueza en unas cuantas manos; que si llueve fuerte arriba gotea abajo; así como que la corrupción es parte de nuestra cultura y que las mayorías deben pagar por los lujos de unos cuantos, será fundamental para que en las urnas se refleje el espíritu de cambio que vive en cada mexicana y mexicano.
DAVID MONREAL
COLABORADOR
@DAVIDMONREALA
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