COLUMNA INVITADA

Soluciones post-pandemia

El 
reto ahora es construir la capacidad en los países para implementar el SCAE y demostrar sus beneficios a los formuladores de políticas

OPINIÓN

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Luis David Fernández Araya/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Para todos los países, la riqueza es lo que sustenta el ingreso que un país genera. Esto incluye edificios, bienes manufacturados tales como la maquinaria utilizada en fábricas, infraestructura como carreteras y puertos y los activos naturales como la tierra, los bosques, los peces, los minerales y la energía, así como el capital humano y social. La Contabilidad de la Riqueza mide estos activos y bienes de capital que son insumos para nuestro bienestar económico.

Todos los países siguen el Sistema Nacional de Cuentas (SNC) que proporciona un estándar internacional para medir los ingresos y el ahorro nacional. El SNC, que se usa desde la década de los cincuentas, presenta una manera para contabilizar la riqueza, pero relativamente pocos países lo llevan a cabo. 

Sin las cuentas de la riqueza, los países tienen un cuadro muy incompleto de sus perspectivas de ingresos futuros, así como la evaluación de un negocio no estaría completo sin analizar su hoja de balance general.

Una verdadera contabilidad integral de la riqueza iría más allá del SCN, para incluir formas más amplias de riqueza como el capital humano y los beneficios derivados de los servicios de los ecosistemas, tales como la polinización y la protección contra las inundaciones que proveen los manglares.

El capital natural incluye, ante todo, los recursos que reconocemos y podemos medir fácilmente como los minerales y la energía, madera, tierras agrícolas, pesca y agua. También incluye los servicios producidos por los ecosistemas que son a menudo “invisibles” para la mayoría de personas, como el aire y la filtración del agua, la protección contra las inundaciones, almacenamiento de carbono, polinización de cosechas y el hábitat de peces y vida salvaje. Estos valores no son captados fácilmente en los mercados, entonces no sabemos cuánto contribuyen ala economía y a los medios de subsistencia. 
Muy a menudo tomamos por sentado estos servicios y no sabemos el costo que tendría perderlos. El concepto de la contabilidad del capital natural ha existido por más de treinta años.

Sin embargo, el progreso hacia su implementación ha sido lento. Un gran paso hacia alcanzar esta visión se dio recientemente con la adopción, por la Comisión de Estadísticas de Naciones Unidas, del/ Sistema de Cuentas Ambientales y Económicas (SCAE). 

El SCAE provee un método internacionalmente acordado a la par con el actual Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), para contabilizar materiales de recursos naturales como minerales, madera y pesca. El reto ahora es construir la capacidad en los países para implementar el SCAE y demostrar sus beneficios a los formuladores de políticas.

El capital natural es un activo crucial, especialmente para los países de bajos ingresos, en los que representa una significativa participación (36%) en la riqueza total. Para estos países, el medio de subsistencia de muchas comunidades depende directamente de ecosistemas saludables. La incorporación del capital natural en las cuentas nacionales puede ayudar a tomar mejores decisiones para un desarrollo inclusivo.

La contabilidad del capital natural puede facilitar estadísticas detalladas para la mejor administración de la economía. Por ejemplo, las cuentas de tierra y agua pueden ayudar a países interesados en incrementar su capacidad hidroeléctrica para analizar el valor de los usos competitivos de la tierra y la vía óptima para conseguir esta meta. 

Las cuentas de los ecosistemas puede ayudar a los países ricos en biodiversidad a diseñar una estrategia de administración que equilibre las compensaciones entre el ecoturismo, la agricultura, los medios de subsistencia y los servicios del ecosistema, como la protección contra las inundaciones, y la renovación de las aguas subterráneas. 

La contabilidad de los ecosistemas no sólo provee una herramienta para maximizar el crecimiento económico, sino también es un medio para medir quién se beneficia y quién corre con los gastos de los cambios a los ecosistemas, ayudando a los gobiernos a establecer si su crecimiento es inclusivo.Luego de la reciente adopción del Sistema de Cuentas Ambientales y Económicas,ahora hay una amplia aceptación de la necesidad de poner la contabilidad del capital natural en marcha. 

Como resultado hay un renovado impulso en los ministerios de finanzas y de medio ambiente que quieren mostrar la contribución del capital natural en la rentabilidad nacional.

Los países que iniciaron la implementación del SCAE tienen ahora un mapa para guiarlos a través de este proceso. Ellos iniciaron estableciendo las estructuras institucionales con líneas claras de responsabilidad y compromiso a través de los departamentos del estado. En lugar de asumir el reto de compilar todas las cuentas del capital natural de una sola vez, los países han dado prioridad a las sub-cuentas con que iniciarán, basados en la importancia de los retos que enfrentan.

La Contabilidad de la Riqueza y la Valoración de los Servicios de los Ecosistemas es una alianza mundial, pues se ha venido apoyando a una serie de países a prepararse para la implementación de la contabilidad del capital natural basado en SCAE.

La Contabilidad del Capital Natural es más acerca de medir e informar, por ejemplo, cuánta agua está siendo usada por cada sector. El objetivo es mejorar la toma de decisiones de los gobiernos, y mejor la planificación utilizando esta información.

POR LUIS DAVID FERNÁNDEZ A.

@DrLuisDavidFer

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