DESDE AFUERA

Covid-19 y los problemas de la región

Podría hablarse de respuestas nacionales. Y las de países como Brasil, México, Perú o Venezuela pueden considerarse entre tardías y deficientes

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

América Latina rebasó el viernes los 25 millones de contagios de COVID-19 para convertirse tanto en el foco mundial de infecciones, como el ejemplo de división y falta de coordinación multinacional.

Un periodísticamente válido, pero no menos doloroso ejercicio y fácilmente verificable de la agencia AFP puso de relieve que estadísticamente, los países latinoamericanos representan algo más de 780 mil, o sea la cuarta parte, de las  2.85 millones muertes globales de COVID-19 estimadas, aunque constituyen alrededor de ocho por ciento de la población mundial.

Pero la situación refleja también un problema de división y falta de coordinación regionales, más allá de palabras y discursos. 

Cierto: el mismo día, la Unión Europea reportaba 44 millones de casos, Estados Unidos y Canadá llegaban a 31.5 millones.

Pero la UE, con todo y problemas político-burocráticos que no se supone debieran tener, coordina su producción, compra y distribución regional de vacunas.

Estados Unidos realiza un esfuerzo por tener más de 200 millones de vacunados antes de su día de la Independencia, el 4 de julio. Canadá, por su parte, toma medidas para tratar de evitar más contagios como para inocular a su población.

La Unión Africana (UA), por su lado, creó un grupo de trabajo de África para Coronavirus (AFTCOR), para desarrollar una estrategia unificada de todo el continente, y realizar estrategias sectoriales para combatir el virus y su impacto, señaló un comunicado de Naciones Unidas.

Igualmente, la UA acaba de negociar la adquisición de 400 millones de dosis de Johnson & Johnson.

La Asociación de Naciones del Sureste de Asia (ASEAN), trató al menos de coordinar sus respuestas y acordar vacunas para sus miembros.

¿América Latina? Bien, gracias. Por un lado, podría hablarse de respuestas nacionales. Y las de países como Brasil, México, Perú o Venezuela podrían considerarse entre tardías y deficientes, sin que, incluso, las naciones con reacción más eficiente, como Chile o Cuba, estén exentas de problemas.

Pero no hubo una respuesta regional. Ni la Organización de Estados Americanos, ni la Organización Panamericana de la Salud, ni agrupaciones como Mercosur, la Alianza Bolivariana (ALBA), ni la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), pasaron de hacer poesía política, sea como llamados a la solidaridad y el reparto equitativo de vacunas o apostar a tratos con COVAX, la oficina de Naciones Unidas para facilitar el acceso a las inoculaciones.

Pero más allá de esfuerzos entre dos países para compartir vacunas, como los casos de Argentina y México, que se sepa no hubo siquiera acercamiento a la idea de negociar adquisiciones a nivel regional. Y dé respuestas coordinadas...

La pandemia puso al descubierto considerables deficiencias en los servicios de salud nacionales, pero también la incapacidad latinoamericana para superar sus divisiones. 

Por JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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