COLABORADOR

El nuevo museo Munch

El grito (1893) es quizá la obra más emblemática y la más conocida del artista noruego Edvard Munch, de la cual elaboró cuatro versiones y varias más en otras técnicas

OPINIÓN

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Bernardo Noval/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Contemporáneo a Van Gogh y a Gauguin, Munch entendió que el arte debía dirigirse hacia otros temas con mayor significado y contenido, y desde joven se comprometió a desarrollar un arte por medio del cual fuera posible captar los sentimientos y las claves del universo interno. “La obra del arte procede del alma del hombre, de la profundidad de su ser”, escribió el artista en su diario.

En un intento por captar aquello que habitaba en su mente, Munch construyó relaciones entre las imágenes, los pensamientos y las emociones, que luego convirtió en representaciones visuales. Si algo definió su producción artística, fue su compulsión por trabajar reiteradamente en torno a los mismos temas, pues la incansable búsqueda por reflejar en sus obras aquella primera impresión del sentimiento, implicó que elaborara diferentes versiones de una misma pieza. Para él los temas no se agotaban en una pintura, por lo que convirtió la repetición en un principio estético.

En 2008, la ciudad de Oslo promovió un concurso de arquitectura para construir un nuevo museo Munch en la misma zona donde se encuentra la famosa Ópera de Oslo de Mies van der Rohe. Un año más tarde, el estudio español Herreros, dirigido por el arquitecto español Juan Herreros, y junto con su socio Jens Ritcher, ganaron el concurso, pero la construcción del edificio se suspendió debido a problemas para su financiamiento. Sin embargo, en 2013 se retomó el proyecto, colocándose la primera piedra del museo tres años más tarde y se prevé que en otoño de este año el impresionante edificio por fin abra sus puertas al público.

El Munch Museum será uno de los museos más grandes del mundo dedicados a un solo artista, con 60 metros de altura y más de 26 mil 313 metros cuadros; contará con 13 pisos, 11 galerías de exhibición y otros espacios diseñados para ofrecer al visitante un lugar de encuentro con el fin de ampliar la idea de lo que es un museo, a través de brindar experiencias y aproximaciones completamente renovadas.

Bajo el concepto de Passive House, que se apoya en aspiraciones como ligereza, sostenibilidad, reciclabilidad y mantenimiento, que en otras palabras, significa que el consumo de energía se reduce a través de “medidas pasivas”; la propuesta arquitectónica de Herreros parte de la idea de un museo en forma de torre, donde las principales funciones se organizan verticalmente. El edificio está revestido con paneles de aluminio de diversos grados de transparencia, que con su sección superior claramente inclinada, será un hito muy visible desde todos lados.

La intención de los arquitectos además es que los visitantes descubran la obra del artista noruego así como la ciudad de Oslo y su historia,  a través de un recorrido por más de 200 piezas que conforman la colección permanente y  mediante un programa exhibiciones temporales de otros artistas y temas.

Sin duda y tal y como lo menciona Herreros  “El edificio es parte de una generación de nuevos museos en todo el mundo que están redefiniendo las instituciones culturales y que están avanzando desde el concepto de archivo histórico para convertirse en lugares para reunión social, lugares donde todos pueden reunirse y descubrir algo nuevo”.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL
@MUSTWANTEDG 

dza