TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

Sin obras no habrá recuperación rápida

México puede acelerar su recuperación si el gobierno hace lo mínimo indispensable que le toca: dar certidumbre a las inversiones en general y promover la inversión pública en particular

OPINIÓN

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Fausto Barajas/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México

LA CRISIS ECONÓMICA DE 2019 generada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, así como su profundización por la pandemia en 2020 y 2021, demandan una respuesta del Estado para recuperar el empleo y retomar una senda de crecimiento para el país.

La respuesta gubernamental debió llegar desde 2020. México se ubica como uno de los países que menos aumentó el gasto en salud en la crisis sanitaria y también como el que menos apoyos dio para preservar el empleo y desarrollo económico, con una ayuda que apenas llegó a uno por ciento del PIB.

Las razones que debe tener el gobierno y por la que los mexicanos deben exigir el cambio de esta negligencia está en el medio millón de muertos por el COVID-19, los 65 mil asesinatos acumulados, los millones de inversiones detenidas y los cuatro millones de mexicanos que buscan un empleo.

Uno de los vehículos más efectivos para reactivar la economía es la inversión en infraestructura. Es algo que ya hacen otros países, entre los que destaca Estados Unidos.

Su presidente hizo un anuncio de recursos adicionales a los destinados a las familias a través de cheques, por un monto cercano a 10 por ciento del PIB, el más grande del mundo.

En el caso de EU, su PIB se contrajo 3.5 por ciento en 2020, y las respuestas para atender la crisis económica han sido contundentes, por lo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera una recuperación de 6.5 por ciento para 2021 y 3.5 por ciento para 2022.

En el caso de México, a pesar de decrecer mucho más que EU, la recuperación será menor. En 2020, el PIB se contrajo 8.2 por ciento, pero la ausencia de respuesta del gobierno mexicano para promover el crecimiento llevará a que la recuperación sea sólo de cinco por ciento y estará vinculada en su mayoría al crecimiento que pueda lograr la economía estadounidense.

México puede acelerar su recuperación si el gobierno hace lo mínimo indispensable que le toca: dar certidumbre a las inversiones y promover la pública en particular.

A continuación se presenta un ejercicio de reorientación del gasto público que permitiría alcanzar en el corto y mediano plazo un escenario de aumento de la inversión pública para reactivar la economía y el empleo.

Aumentar la inversión física presupuestaria a 5 por ciento del PIB.

La experiencia de recuperación de la crisis de 2009 mostró que una inversión pública de cinco por ciento del PIB o más sería un factor determinante para la rápida reactivación.

En este sentido, para alcanzar una inversión física presupuestaria de cinco por ciento del PIB de 2020, el gobierno tendría que destinar un billón 156 mil millones de pesos que provendrían de los siguientes rubros:

Primero. Del monto aprobado de inversión física presupuestaria de 762 mil millones de pesos que ya se tiene para 2021 y que equivalen a 3.3 por ciento del PIB.

Segundo. Reorientar el gasto público a inversión por 1.7 por ciento del PIB, que representa 394 mil millones de pesos.

La reorientación del gasto hacia inversión contemplaría las siguientes acciones:

  • Canalizar 170 mil millones de pesos (0.7 por ciento del PIB) que el gobierno tiene previstos destinar como “apoyo” a Pemex para 2021.
  • Reorientar 174 mil millones de pesos adicionales de ingresos que tendrá el gobierno para el ejercicio fiscal 2021. Estos son recursos que no estaban previstos en el presupuesto 2021 y que la Secretaría de Hacienda prevé recibir, según el documento de “Pre-Criterios 2022”.
  • Destinar 50 mil millones de pesos del IEPS de un peso por litro en gasolina o diésel, como reorientación de ingresos previstos o como alza adicional a lo que se paga actualmente.

Hasta aquí la suma equivale a 4.99 por ciento del PIB y faltarían 112 millones de pesos para alcanzar cinco por ciento. El monto faltante se podría obtener destinando los viáticos de sólo mayo de los más de 18 mil Servidores de la Nación, esto sin tocar un peso de su sueldo y respetando la veda electoral.

La reorientación de recursos hacia la inversión también se puede hacer dentro de los mismos rubros, para pasar de recursos ineficientes, con beneficios sociales nulos y contaminantes hacia eficientes, socialmente responsables y limpios que puedan encaminar al país a un modelo de desarrollo sustentable. Por ejemplo, 45 mil millones de pesos que se destinarán en 2021 a la Refinería de Dos Bocas, podrían servir para cubrir dos rezagos urgentes:

Primero, con 22 mil millones de pesos, llevar agua potable a 11 mil localidades indígenas del país que carecen del servicio, beneficiando a dos millones de mexicanos. Segundo, con 23 mil millones de pesos se podrían construir tres aulas dignas en cada una de las 10 mil 529 primarias indígenas del país y la construcción de un aula en más de ocho mil escuelas públicas no indígenas en Oaxaca, Chiapas y Guerrero; para permitir un regreso a clases seguro y digno.

México, sin lugar a dudas, puede salir de la crisis económica rápidamente con inversión que genere empleos y mejore las condiciones de vida de millones de mexicanos y no sólo los caprichos y necedades de un solo hombre.

POR FAUSTO BARAJAS
ESPECIALISTA EN INFRAESTRUCTURA
@FAUSTOBARAJAS

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