DES... PROPÓSITOS

Putin: Aferrado al Autoritarismo

Nuevamente busca ser noticia. Además de seguir acosando militarmente a Ucrania

OPINIÓN

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Agustin Garcia Villa / Des... Propósitos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Nuevamente busca ser noticia. Además de seguir acosando militarmente a Ucrania, mantener indebidamente en la cárcel a su mayor opositor político Navalni (que puso su vida en peligro con una huelga de hambre), y enfrentar cargos y sanciones económicas de diversos países por intromisión en asuntos internos, Putin acaba de rubricar una ley que lo posibilitaría a continuar en el poder hasta 2036. 

Uno de los pretextos para justificar sus reelecciones ha sido el de evitar que sus allegados políticos se distraigan de sus labores pensando en posibles candidaturas futuras. Importante es resaltar, que a la fecha, según fuentes oficiales, no existe o se habla en los corrillos políticos de algún posible sucesor de Putin.

La gran pregunta que uno se hace es ¿para qué querría Putin continuar comandando Rusia, si después de casi 20 años de gobernar no ha logrado cambios trascendentales en su país? ¿Seguirá pensando en que algún día Rusia podrá erigirse como la primera potencia mundial a nivel económico o militar? ¿Que algún día sus doctrinas políticas autoritaristas de corte Stalinista conquistarán o volverán a someter a países europeos, ahora por la vía del financiamiento a partidos políticos como lo ha venido haciendo en los últimos tiempos?.

 Lo que es muy claro, es que Putin, como estadista, insiste en mantener a Rusia como una potencia militar, no obstante que ello signifique seguir descuidando su economía, la cual difícilmente podría sufragar, en sus actuales condiciones de apuro, los gastos de un conflicto bélico.

Putin no ha sido en su vida sino un miembro pertinaz de las policías secretas, tanto de lo que fue la URSS, como ahora de la Federación Rusa. Desde sus épocas mozas en que fue enviado especial de la KGB a la República Democrática Alemana (RDA) en donde se convirtió en un consumado simpatizante del autoritarista y represor Erich Honecker, inspirado en Stalin. Ahí, en la RDA, Putin atestiguó la caída del Muro de Berlín en 1989, por lo cual, según sus biógrafos, sintió un especial rechazo a las políticas democráticas asumidas por el reformador Mikhail Gorbachev, quién reconoció tácitamente el fracaso del socialismo como doctrina económica.

Acaso no se habrá dado cuenta Putin de que en las casi dos décadas de permanecer al frente del gobierno de su país los niveles de bienestar de la población rusa en general están por debajo de la mayor parte de los países europeos —actualmente alrededor de un 15% de la población total vive por debajo de la línea de la pobreza—, sus  regiones no se desarrollan, tampoco destaca por el desarrollo de nuevas tecnologías, etc. Rusia sigue siendo un país monoexportador, cuyo comercio exterior se sustenta principalmente en la venta de petróleo. Porque sigue empeñado en su política autoritarista y en reforzar su poderío militar en vez de dedicar más recursos al desarrollo económico de su país. ¿Qué buscará? ¿Seguir siendo potencia mundial cuando al interior de su país subsiste un gran descontento y grandes y crecientes carencias?. 

Qué pasa con él  y otros dictadores de países socialistas como Kim en Corea del Norte, los Castro en Cuba, que en apariencia ya se fueron pero que siguen presentes, el ignorante suicida de Maduro en Venezuela, etc., que dan la impresión de estar ciegos y no percatarse de la creciente pobreza en sus países. 

¿No se dan cuenta que su modelo político basado en posiciones autoritaristas y estatizantes constituyen un mar de corrupción y pobreza que no tiene salida, inhibidor de nuevas inversiones y, por tanto, del propio desarrollo de sus fuerzas productivas, cada vez  menos competitivas internacionalmente?.

 No en vano Gorbachev reconoció en los hechos el fracaso del  autoritarismo que lo único que ofrecía era incompetencia y muy baja productividad, lo que lo llevó a introducir sus revolucionarias transformaciones basadas en la democratización de su país, la perestroika –restructuración-, y el glasnot -transparencia-, hoy echadas al olvido por Putin y su camarilla.

Me pregunto, qué esperarán de la historia los Putin, los Castro, los Kim, etc… ¿más pobreza, más desesperanza, más sojuzgamiento, más tiranía?

POR AGUSTÍN GARCÍA VILLA
ANALISTA ECONÓMICO
ORBE@ELHERALDODEMEXICO.COM

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