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ORBITANDO

Racismo, epidemia grave en EU

A Estados Unidos le falta mucho camino por recorrer para tratar de revertir ese racismo, que no es exclusivo para la gente de raza negra

OPINIÓN

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Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La decisión del jurado de Minneapolis en contra del exoficial de raza blanca, Dereck Chauvin, puede ser un primer gran paso en Estados Unidos contra el abuso y racismo policial hacia las minorías, y marca una vuelta de tuerca en la era de Joe Biden, impensable en tiempos de Donald Trump.  

Chauvin fue condenado en Estados Unidos por matar al hombre negro George Floyd durante su arresto, pero la verdad es que el exoficial tiene un historial de uso excesivo de la fuerza antes de este caso, que la Fiscalía tildó de "abuso de autoridad impactante”.

El problema es que Chauvin no es el único hombre de raza blanca que pertenece a alguna corporación policiaca y comete este tipo de abusos: más bien, es una tendencia casi tradicional en el país del norte. Algunos estudios afirman que un promedio de mil personas mueren cada año por un uso excesivo de la fuerza policial.  

“Hoy podemos respirar de nuevo”, exclamó Philonise, hermano menor de Floyd, luego de romper en llanto mientras comparaba el caso de Floyd con el de Emmett Till, víctima de linchamiento en Mississippi en 1955 por poner sus ojos en una mujer blanca, signo inequívoco de la metástasis de una enfermedad crónica social que padece EU.

Biden dijo unos minutos después de conocer la condena a Chauvin, que el “racismo sistémico mancha el alma de Estados Unidos, tenemos que escuchar: el 'No puedo respirar, no puedo respirar': estas fueron las últimas palabras de Floyd", recordó.

Y al igual que su vicepresidenta, Kamala Harris, aseguró que a Estados Unidos le falta mucho camino por recorrer para tratar de revertir ese racismo, que no es exclusivo para la gente de raza negra, sino contra los latinos, asiáticos y musulmanes, entre otros, que lo padecen todos los días.

El gran pecado de Floyd fue tratar de supuestamente comprar cigarrillos con un billete de 20 dólares falso, suficiente para que no volviera nunca más a su casa y muriera presionado por la rodilla de un oficial que argumentó que sólo hacía su trabajo y que su forma de actuar estaba apegada a su preparación. Durante sus 19 años de servicio acumuló 22 demandas de investigaciones internas.

Quienes conocen a Chauvin testificaron que usaba más fuerza de la necesaria en sus detenciones. La fiscalía exhibió varios ejemplos de su modus operandi, incluido el caso de Zoya Code, una joven negra arrestada en 2017 acusada de violencia por su madre.

El problema es que después de Floyd siguen saliendo a la luz videos testimoniales, es el caso del militar negro e hispano Caron Nazario, sometido, agredido y amenazado por la Policía en Windsor, Virginia.

Peor aún, minutos antes de conocer el veredicto contra Chauvin, otro oficial mató a la menor de raza negra Ma'Khia Bryant, de 16 años. A esa lista se sumó también la muerte de otros dos afroestadounidenses a manos de agentes: Daunte Wright, 22 años en Minneapolis, y Andrew Brown Jr, en Carolina del Norte.

No dude que cuando revise estas líneas se estará cometiendo un nuevo abuso por parte de las fuerzas del orden en Estados Unidos, un país que hoy no sólo lucha contra una pandemia de COVID-19, sino también contra una epidemia social más enquistada y de la que no hay vacuna todavía.

POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR

ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

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