COLABORADOR

Mil días que borraron la esperanza

Las elecciones del 6 de junio son la batalla clave. La oposición no hizo lo que tenía que hacer para fortalecerse y por eso avanza al frente arrastrando los pies, debilitada y acobardada, sin ideas frescas ni propuestas atractivas

OPINIÓN

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Fausto Barajas/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México

Han transcurrido más de mil días desde que Morena ganó las elecciones en México. En este tiempo se pasó de una falaz esperanza a una cruda realidad.

Se esperó una reducción de la corrupción, pero esta ha aumentado. Entre 2017 y 2019 la corrupción por cada 100 mil habitantes pasó de 25 mil a 30 mil casos.

El gobierno dejó de lado las licitaciones que propician transparencia y competencia, para elegir las asignaciones directas de contratos millonarios que permiten la opacidad y la discrecionalidad en favor de los amigos del presidente.

Se mintió cuando dijeron que nos dejaron sin gasolina por combatir al huachicol, cuando en realidad fue por la incompetencia de los nuevos funcionarios de PEMEX. También se ocultó que por instrucción presidencial se liberó al hijo del Chapo.

Se mintió cuando se cancelaron la construcción del aeropuerto de Texcoco, pues nunca demostraron corrupción. Se mintió cuando se canceló una inversión en una planta de cerveza con dos consultas amañadas y no representativas.

Se ha mentido cuando nos dicen que se “ahorran” 1.5 billones de pesos por las políticas de la mal llamada “austeridad”. Se miente cuando se habla de rifar o vender un avión que ni siquiera es propiedad del gobierno.

“No mentir, no robar y no traicionar al pueblo” es el lema de MORENA. El presidente dice 80 mentiras al día: ya lleva 50 mil. Bartlett, Sandoval, Ackerman, Pío y Felipa López Obrador son los nuevos nombres y apellidos de la deshonestidad que se exhibe como “superioridad moral”. Imponer a un violador serial como candidato a gobernador es realmente traicionar al pueblo.

La esperanza se desvaneció cuando el gobierno del presidente López Obrador decidió abandonar a las familias mexicanas a su suerte durante la pandemia. Mientras los médicos imploraban equipos de protección para atender a los enfermos, el gobierno gastaba en la compra de estadios del deporte favorito del presidente.

La criminal gestión de la pandemia por parte del presidente ha ocasionado más de 500 mil muertes, de las que al menos 190 mil se pudieron evitar, según un informe encargado por la OMS. También ha ubicado a México como el país con más personal médico fallecido. Hoy, el gobierno se empeña en negar una vacunación generalizada a los profesionales de la salud, pero ya vacunó a sus operadores electoreros.

La incapacidad ha sido asesina de las esperanzas; mientras hace una década se construían 3,624 kilómetros de carreteras por año, hoy solo se construyen 91 kilómetros anuales.

La omisión de la responsabilidad con la seguridad ha dejado una estela de 65 mil asesinatos entre diciembre de 2018 y febrero de 2021.

La irresponsabilidad con el presente y el futuro de México se ha visto al dejar sin seguro popular a más 50 millones de mexicanos y a 300 mil familias sin guarderías.

También con la apuesta sin sentido a la energía fósil en detrimento de las energías limpias.

Estos mil días de desesperanza nos invitan a reflexionar sobre el México que queremos.

La reconstrucción de México fracasará si no estamos dispuestos a defender nuestra democracia.

Las elecciones del 6 de junio son la batalla clave. La oposición no hizo lo que tenía que hacer para fortalecerse y por eso avanza al frente arrastrando los pies, debilitada y acobardada, sin ideas frescas ni propuestas atractivas.

El presidente no escucha. Sus colaboracionistas y fanáticos menos. Solo nos queda mandar un mensaje claro a los opositores: nada de retiradas, nada de negociaciones indignas, nada de rendiciones adelantadas. Exigimos oposición de verdad, porque sin contrapesos que defiendan la democracia, el país que heredarán nuestros hijos será irreconocible.

POR FAUSTO BARAJAS
ESPECIALISTA EN INFRAESTRUCTURA
@FAUSTOBARAJAS

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