VENTANA POLÍTICA

Yo defiendo al INE

La vigorosa alternancia que se ha vivido a nivel municipal, estatal y federal da cuenta de procesos electorales competidos y de comicios creíbles

OPINIÓN

·
Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial.

“Defiende las instituciones. Ellas no se protegen a sí mismas” Timothy Snyder

Esta semana, el Consejo General del INE ratificó la negativa de candidaturas a Félix Salgado Macedonio en Guerrero y Raúl Morón en Michoacán. Ante las descalificaciones, falsedades y amenazas vertidas sobre el árbitro electoral, conviene hacer algunas precisiones.

1. El Consejo General del INE está integrado por 11 consejeros elegidos por la Cámara de Diputados. Actualmente, siete consejeros vienen del 2014 y 4 aprobados en esta administración. Ninguno participó en las elecciones presidenciales de 2006 ni 2012.

2. Al ser un órgano colegiado, las resoluciones se adoptan por mayoría y el voto del consejero presidente es sólo uno de los once posibles.

3. El INE es autoridad administrativa, no jurisdiccional. Al INE sólo le compete aplicar las normas y al Tibunal electoral interpretarlas.

Dicho lo anterior, hay que agregar que el INE es mucho más que su Consejo. Es también el ejército de capacitadores, observadores y ciudadanos que organizan cada elección, instalan casillas, cuentan votos, llenan actas y resguardan paquetes electorales. Quien haya participado en alguna de esas tareas sabe del auténtico ejercicio cívico que representan.

Esto, que suena sencillo, es fruto de décadas de luchas ciudadanas por arrebatarle al gobierno la organización y calificación de las elecciones.

No es un sistema perfecto, pero la vigorosa alternancia que se ha vivido a nivel municipal, estatal y federal dan cuenta de procesos electorales competidos y de comicios creíbles. No en vano es la institución más confiable para los ciudadanos, sólo por debajo de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional. Por ello, aquí no se trata de defender personas, sino de preservar una institución fundamental de nuestra imperfecta democracia.

Hoy enfrentamos el segundo ataque frontal de López Obrador contra la autoridad electoral. El primero se dio tras su derrota en la elección presidencial 2006. Luego de denunciar un fraude electoral nunca probado, logró la destitución del Consejo general del entonces IFE. Ahora, 15 años después y desde la presidencia, el mismo López Obrador anticipa un fraude inexistente para justificar la eliminación del organismo que hizo posible la elección donde él y su movimiento obtuvieron una aplastante victoria.

Sabemos que las democracias mueren cuando los líderes que ganan en elecciones democráticas destruyen la mismas instituciones que les permitieron llegar al poder. De ahí la gravedad de la amenaza.

Quizá el INE sea muy deficiente, pero las alternativas son terribles: devolverle al gobierno el control de las elecciones o, peor aún, cambiarlas por encuestas telefónicas.

Yo defiendo al INE frente a un gobierno que pretende borrar del mapa a la sociedad civil y a nuestras instituciones, las que los mexicanos nos hemos dado en los últimos 25 años.

POR VERÓNICA ORTIZ
VORTIZORTEGA@HOTMAIL.COM 
@VERONICAORTIZO

dza