COLUMNA INVITADA

México y la reconfiguración mundial en un escenario post-pandemia

México también juega un papel importante: ocupa un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU

OPINIÓN

·
Anahí Benítez / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México

Fue al final de la Segunda Guerra Mundial cuando las potencias vencedoras: Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña, decidieron sentarse en la mesa para definir el re-ordenamiento mundial en aras de alcanzar la paz y seguridad internacional. No pasó mucho tiempo cuando la Guerra Fría apareció en escena, y con ello la carrera armamentista y la lucha por el liderazgo tecnológico, lo que marcó la rivalidad entre los bloques capitalista y comunista de la época.  

Décadas después, la rivalidad entre Rusia y Estados Unidos sigue presente. Sin embargo, con el resurgimiento de China como un actor internacional relevante, se está configurando un nuevo orden. Algunos teóricos han apostado por el fin de la hegemonía estadounidense, como consecuencia de una política exterior aislacionista implementada por el expresidente Donald Trump y una crisis política interna sin precedentes, las cuáles se vieron acentuadas por la pandemia.  

China ha demostrado -con todo y sus desafíos internos- ser un líder regional incuestionable con aspiraciones globales; intenta ocupar los espacios que Estados Unidos ha abandonado en Asia y diversos foros multilaterales, con miras a posicionarse como un actor responsable echando mano de la diplomacia de las vacunas, el poder blando y su influencia internacional. Rusia, por su parte, ha encontrado en la pandemia ventajas comparativas y competitivas: en América Latina descubrió un nicho para la producción conjunta de vacunas y análisis clínicos.  

En este contexto, México también juega un papel importante: ocupa un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo cual puede aprovecharse como un activo para preservar la estabilidad global. Curiosamente, la primera vez que ocupó un lugar fue al iniciar la Guerra Fría (1946) y nos bastó para aislarnos por 30 años y concentrarnos en “atender” y ceder a las presiones de Estados Unidos.  

México tiene mucho qué ofrecer: nuestra diplomacia, instituciones y pertenencia a los foros multilaterales de mayor relevancia son lo suficientemente sólidas para continuar fortaleciendo la presencia mundial mediante el respeto y fidelidad al derecho internacional, y continuar siendo un país propositivo para el establecimiento de una comunicación efectiva entre los miembros permanentes y no permanentes del Consejo de Seguridad, a fin de distender la rivalidad existente de China y Rusia frente a Estados Unidos, y dispuesto a hacer todo para recuperar su liderazgo en este escenario de reconfiguración mundial. 

México tiene la oportunidad de aportar al equilibro de poder en favor de la cooperación, el desarrollo y la justicia internacional. Nuestra diplomacia tiene mucho que ofrecer, habrá qué observar el camino que se quiera seguir.  

Por Anahí Benítez 
Asociada del Programa Jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales
@AnahiBenitezS

rcb