“Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos”.
Octavio Paz
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Hace una semana, el INE causó revuelo con la aprobación del lineamiento acerca de la sobrerrepresentación de cara a las próximas elecciones. Refiero a un estupor en el partido Morena y en el presidente López Obrador, para las demás organizaciones políticas y para el resto del país ha sido visto como una norma que se debe de respetar y cumplir. Una regla que está en la Constitución y que es fundamental para la democracia mexicana. Este lineamiento establece que el porcentaje de votos no puede sobrepasar el número de escaños hasta en 8 % en las y los diputados de representación proporcional.
Lo anterior es un candado para no repetir los errores democráticos del pasado, tanto los hecho en el siglo XX por el PRI, quien siempre mantenía mayoría absoluta en la Cámara, aludiendo que de otra manera el país sería “ingobernable”, pero, en tiempos más recientes, para no volver a pasar en la actual legislatura donde la coalición de Morena-PES-PT mantiene una sobrerrepresentación del 15.7 %, casi el doble de lo permitido constitucionalmente. Acto que, a todas luces, rompe con la sincronía de votos emitidos y representación.
Para López Obrador y Morena les ha parecido un “madruguete” en contra del proyecto de la llamada Cuarta Transformación, mencionando que el INE y “la mafia del poder” tienen intereses para que el país vuelva a ser lo que era antes de su gobierno. Con lo que el presidente vuelve a arremeter en contra del Instituto Electoral en sus mañaneras diciendo que “el INE no vio nada, yo espero que recapacite porque hasta las piedras cambian de modo de parecer y que ya actúen con rectitud, con integridad, con legalidad y que se haga valer la democracia, que sean auténticos, verdaderos jueces, que no se inclinen a favor de nadie, que tomen partido por la libertad por la democracia”.
En realidad, lo que AMLO deja entrever es que, en una eventual derrota el próximo 6 de junio en las urnas, ya tiene al “enemigo” perfecto para culpar y seguir con las amenazas de recorte presupuestal y quitarle la autonomía. Ahora bien, si resulta beneficiado en las votaciones dirá que “a pesar de las confabulaciones en su contra” el pueblo bueno ha emitido la voluntad de seguir con su proyecto de nación y así sus iniciativas volverán a ser aprobadas sin -mover una coma-, como ya hemos visto durante esta administración.
Este ataque constante contra el INE no es cosa menor, pues dicha institución es el árbitro y validador de que los comicios sean parejos para todos los partidos, la jornada electoral se lleve a cabo en todo el territorio nacional, así como los resultados sean transparentes y respetados por organizaciones políticas y por toda la sociedad. Es una institución indispensable para la vida democrática de nuestro país. Este lineamiento es adecuado y oportuno para restablecer los contrapesos desde el Palacio Legislativo de San Lázaro y, con esto, fortalecer la democracia en México. Como sociedad debemos exigir que la Constitución sea respetada, que las instituciones que dan certeza y confianza se mantengan fuertes y autónomas del gobierno en turno, así como la contienda electoral sirva para beneficio de las y los mexicanos y no para intereses de unos cuantos.
POR ADRIANA SARUR
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