TRES EN RAYA

Necrofilia ideológica

Bajo cualquiera de las definiciones académicas, el gobierno de la 4T es populista

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres En Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

El Financial Times, uno de los diarios más serios a nivel mundial, publicó esta semana un artículo de opinión donde se sostiene, tristemente, que López Obrador está enamorado de las erróneas ideas del pasado.

Ahora bien, lo malo no es que lo diga dicho diario, sino que retrata la pasmosa realidad de cómo piensa el presidente de México.
El rotativo en cuestión comenta que la 4T es populista. Diversos teóricos, políticos y filósofos han acuñado y definido el término. Desde Slavoj Zizek y su importante ensayo “En contra de la tentación populista”, hasta Francesc de Carreras en “Populismo contra democracia”.

Bajo cualquiera de las definiciones académicas, el gobierno de la 4T es populista. Porque el populismo se construye con base en acciones clientelares; un sistema de gestión que se sustenta en otorgar dádivas; su discurso se distingue por una fuerte carga ideológica sobre la que se construye su relación con la ciudadanía, pero esta puede ser de izquierdas o de derechas. No pocas veces toma elementos de ambos lados del espectro político.

El populismo, además de buscar conservar el poder, argumenta que la causa de todos los males radica en una persona, élite o gobierno del pasado. Busca una causa simple para justificar sus fracasos; emocionalmente sencilla de entender, pero difícil de sustentar con argumentos válidos y cifras verificables. Ejemplos en la actual administración lopezobradorista sobran.
En ese orden de ideas, Financial Times no alienta —vamos, ni siquiera habla de incitar— intentos golpistas contra Andrés Manuel. Solo enumera las políticas y las estrategias equívocas del pasado que el ejecutivo federal busca revivir y de las cuales está embelesado.

Eso además de enlistar algunas de las promesas incumplidas del presidente, como es que en nuestro país tendríamos un crecimiento económico. Este ha brillado por su ausencia mismo antes de la pandemia (México decreció en el 2019) pues, entre otras cosas, no se aprovechó el crecimiento de nuestro principal socio comercial.

Las decisiones de política pública del gobierno federal han socavado, más que favorecido, la certeza para la inversión en nuestro país. Tan es así que, más allá de opiniones y discursos, este es el segundo año consecutivo en que México dejó de aparecer en la lista de los 25 mejores países para invertir.

Quien dice escuchar, no lo ha hecho. Prueba de ello fue la intransigente iniciativa de ley de la industria eléctrica. O, dicho de otra forma, no ha sabido ser pragmático. El pragmatismo es negociación, escuchar otras voces, y aceptar cuando se está equivocado.
AMLO ha practicado la necrofilia ideológica, sin duda. Lo que es peor, no aprendió del pasado. No entiende que el petróleo ya no es lo que fue y que México es rico en recursos naturales renovable, necesarios para producir energía más limpia y menos cara para todos los mexicanos.

Condena a los agricultores a disminuir su producción al prohibir el uso de glifosato y semillas mejoradas; ello no basado en investigaciones científicas, sino solo en una idea trasnochada de soberanía alimenticia.

La necedad de no apoyar a la ciencia y no utilizar la tecnología actual, hace que México se siga atrasando en la forma de afrontar un futuro cada vez más incierto y complicado.

A su cancelación del NAICM bajo el argumento de que iba a quebrar las finanzas nacionales, le siguió el que ahora sea él quien esté quebrando a México con elefantes blancos que se sabe no son viables.

La lista continúa: su cansina necedad de no viajar al extranjero (excepto cuando Donald Trump se lo pidió). Se sabe que viajar ilustra, sin embargo él no quiere observar lo que se lleva a cabo en otras latitudes.

El diario londinense tiene razón: AMLO está enamorado de un pasado vetusto, de antiguallas que no sirven ni siquiera para museo. Padece necrofilia ideológica y México sufre debido a su padecimiento.

Por VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

rcb