RECUERDOS DE JOSÉ SULAIMÁN

Los dichos más famosos del boxeo

El deporte de los puños le ha regalado al mundo una buena cantidad de frases que se usan en cualquier tipo de conversación

OPINIÓN

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Mauricio Sulaimán / Recuerdos de José Sulaimán / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El boxeo es un deporte popular que le ha regalado al mundo una buena cantidad de dichos que se usan en cualquier tipo de conversación.

No hay que bajar la guardia” es un maravilloso ejemplo que en esta época de pandemia se escucha constantemente en campañas de concientización, o en pláticas de amigos. Su interpretación es sencilla: no debemos descuidarnos ni confiarnos; estar alertas, protegernos, y así no nos podrá afectar un suceso. El boxeador que baja la guardia puede ser conectado con un fuerte golpe y perder la pelea.

Otro más es: “Me tiene contra las cuerdas”. Se utiliza cuando se está en algún predicamento, presionado y abrumado por alguna situación; igualmente para señalar que alguien tiene el dominio.

Un boxeador que está contra las cuerdas es porque su rival lo está atacando, maniatando y sometiendo; es en ese lugar donde se conectan los golpes más sólidos y es difícil escapar de ahí.

Aquí va otro sencillo: “Pido esquina”. Es cuando ya urge un descanso, debido a que las cosas se acumulan y están saliendo mal; se necesita reagrupar y prepararse para seguir adelante. El boxeador llega a la esquina cuando suena la campana para terminar el round; ese minuto para tomar agua y recibir instrucciones de su mánager es clave para recuperar fuerza y ánimo para el siguiente episodio.

● ESTRATEGIA. Cuando el oponente está contra las cuerdas suele recibir los golpes más sólidos, por lo que es difícil salir de ahí. Foto: AFP
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No tires la toalla”. Dicho usado para motivar a quien está de capa caída y piensa rendirse. En el boxeo, el entrenador tira la toalla, aunque más bien la lanza hacia el ring, para que así el réferi detenga el combate cuando es evidente que su rival es muy superior, y así da por terminada la pelea.

Antes de pasar al último dicho de hoy, deseo recordarles cómo era el boxeo en sus inicios: un deporte brutal e inhumano.

Los rounds no eran de tres minutos, como son ahora. El primer episodio terminaba cuando uno de los peleadores sangraba; ahí se detenía la acción, cada boxeador iba a su esquina y, a partir de ahí, los rounds acababan cuando un contendiente era derribado, por lo que no tenían duración.

El combate culminaba cuando un peleador no se levantaba a la cuenta de 10 segundos, o cuando ya no salía de su esquina para contender el siguiente episodio.

● RENDICIÓN. El mánager tira la toalla en cuanto se da cuenta que su pupilo no tiene más por hacer en el combate. Foto: Especial

Ahora sí, el último dicho al que me refiero en esta ocasión es: “Te salvó la campana”. Se refiere cuando alguien estuvo cerca de perder o de tener un grave problema. En el boxeo, este instrumento libra al peleador que está recibiendo golpes, pues se tiene el minuto de descanso.

Una regla que el Consejo Mundial de Boxeo modificó fue precisamente que la campana no pueda salvar al combatiente que esté en la lona. Antes, si estaba tirado ahí y acababa el round, su esquina entraba y lo arrastraba para revivirlo con agua, cachetadas y hasta con cápsulas de amonia… eso era peligrosísimo, pues salían a recibir más castigo cuando en realidad ya estaban noqueados

¿SABÍAS QUE...?

En todos los tiempos, la recomendación de no bajar la guardia ha sido un consejo generalizado para los boxeadores; sin embargo, tanto en el pasado como en el presente, han aparecido algunos pugilistas de gran calidad que no han hecho caso de ese recurso, pues han peleado con las manos bajas y han sido ganadores extraordinarios.

Un ejemplo en nuestra época lo tenemos en el argentino Sergio Martínez, quien en la totalidad de sus batallas combatió con las manos abajo, haciendo uso de extraordinarios movimientos de cintura y de cuello para evitar el castigo del contrario. El Maravilla fue campeón mundial de peso medio.

Anécdota de hoy

Mi papá usaba dichos para ilustrar sus conversaciones, y era común que se equivocara y cambiara palabras; siempre mi mamá trataba de corregirlo, pero acababan atacados de la risa…

En una ocasión había casa llena; Don José ofreció una conferencia de prensa en su hogar para dar a conocer que el CMB no sancionaría la segunda pelea de Ali vs. Spinks, pues Norton era el retador oficial, y cuando mi papá describió la traición recibida, dijo: “Eso fue una puñalada trasera”… mi mamá se fue a la cocina, pues no aguantaba la risa.

En provincia el dicho “puñalada trapera” era muy popular, pues el agresor se envolvía un trapo en la mano para no mancharse de sangre.

POR MAURICIO SULAIMÁN
PRESIDENTE DEL CMB

avh