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El partido en el gobierno está lejos de asegurar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y podría perder ocho de las 15 elecciones estatales

OPINIÓN

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Créditos: Especial

En los comicios de junio próximo se renovarán la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos locales, mil 900 ayuntamientos y juntas municipales. Casi 95 millones de ciudadanos podrán acudir a las urnas para elegir a sus representantes. A 77 días de las elecciones donde estarán en disputa el mayor número de puestos de elección popular en la historia de nuestro país, el partido en el gobierno está lejos de asegurar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y podría perder por lo menos ocho de las 15 elecciones estatales que están en disputa. Un escenario distinto al que se vislumbraba hace unos meses.

Las elecciones intermedias cuentan con tres características principales: tienen un talante plebiscitario, un bajo aforo (en comparación con las votaciones presidenciales) y el partido que ocupa el poder ejecutivo disminuye su número de legisladores en la Cámara baja.

Por ejemplo, desde 1997, cuando por primera vez se dio en México un gobierno dividido, el partido que encabeza el gobierno ha perdido escaños en el Congreso. En ese año el PRI perdió 61 diputados, en el 2003 el PAN obtuvo 71 legisladores menos, en el 2009 el PAN bajó en 63 su número de representantes (en ese entonces el presidente Calderón gozaba de 64% de aprobación) y en el 2015 la oposición recuperó 38 asientos.  Las encuestas recientes muestran que una parte relevante del electorado se identifica con Morena, pero también evidencian que hay un porcentaje muy alto de indecisos (alrededor de 30%) que sumados a los partidarios que conforman la alianza opositora suman alrededor de 55% de las preferencias electorales versus 33% de Morena. La identificación partidista y la aprobación presidencial no necesariamente se traducen en votos. Por lo que la oposición obtendría entre 180 y 220 curules de mayoría relativa en la Cámara de Diputados. Esto aleja a Morena de la mayoría calificada.    

De las 15 entidades en donde se renovará al ejecutivo local, sólo en Baja California, Guerrero, Tlaxcala, Michoacán, Nayarit, Sinaloa y Zacatecas el morenismo y sus aliados llevan ventaja. En los demás estados habrá contiendas muy competidas y la alianza opositora, resolverá el problema de acción colectiva: se promoverá que los electores ordenen sus preferencias y emitan su voto para privilegiar a su segunda mejor opción en aras de que no gane su alternativa menos favorecida. Un dato relevante es el trabajo de los gobernadores ya que solo en Chihuahua, Colima y Nuevo León la aprobación de los gobernadores es menor a 40%. En Colima, Campeche, Guerrero, Sonora y Zacatecas Morena ha designado candidatos vulnerables. En Guerrero los antecedentes penales por violación de Salgado Macedonio han generado un movimiento de resistencia femenina con alcance nacional. Y en Sonora los malos resultados en materia de seguridad y su falta de arraigo harán muy difícil que la ambición de Durazo de ser gobernador se cristalice.

El lopezobradorismo enfrentará en las urnas a su electorado y llegará debilitado por el manejo de la economía, la inseguridad y la vacunación. El Presidente usará la contrareforma energética para hacer campaña y atraer la atención hacia su persona, sin embargo hay factores como la fortaleza de la alianza opositora, la buena aprobación de la gestión de los gobernadores y las escisiones al interior de Morena complica el escenario –que solo hace unos meses- era alentador para el partido del Presidente.  A unos días que inicien el resto de las campañas la moneda está en el aire y conforme se descubra que la estrategia de vacunación es una farsa los apoyos a favor de orena se verán mermados.

POR ALEJANDRO ECHEGARAY
POLITÓLOGO
@AECHEGARAY1