El mundo enfrenta una tercera ola de coronavirus ante una sociedad cansada y desinteresada en mantener las medidas preventivas. Lo peor es que tras un año de pandemia, el COVID-19 se ha transmitido entre cientos de miles de personas, evolucionando y mejorando su capacidad de adaptación y transmisión.
Las mutaciones del SARS-CoV-2 parecen contribuir a esta nueva ola de contagios. Según investigadores de la universidad de Duke, en EU, las variaciones del COVID-19 han perfeccionado la capacidad del virus en propagarse.
Se ha detectado que algunas mutaciones logran causar una concentración más alta del virus en nariz y boca (tracto respiratorio superior), haciendo que se facilite el contagio a otros. Lo que todavía no se comprueba es que sean más letales.
Pero, ante más enfermos, mayor es la carga para el sistema sanitario; ejemplo de ello es Brasil, que en estos momentos es considerado un “foco infeccioso para la región”, prácticamente es un hervidero de mutaciones.
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La Organización Mundial de Salud considera a Brasil como “una amenaza extrema”, el pasado miércoles, el país sudamericano reportó un récord desde que inició la pandemia, 90 mil 303 contagios en sólo 24 horas y el martes, dos mil 941 decesos; 80 por ciento de las camas en terapia intensiva están ocupadas.
Los expertos explican el caos a las variantes —tres de ellas son consideradas de preocupación—, el desinterés del gobierno de Jair Bolsonaro, y el desdén de la población, por lo que se espera que el país alcance un pico de tres mil muertos por día.
Brasil es un ejemplo de lo que podría pasar pronto en México, ante la cercanía del periodo de asueto por la Semana Santa, falta de responsabilidad social y la ausencia de buenos ejemplos de los funcionarios que se supone “luchan” contra la pandemia.
En Europa se vive un repunte. Este fin de semana, Francia confinó por tercera vez París y otras regiones, por un mes, ante la subida de casos y el riesgo de colapso hospitalario; de hecho, en las últimas semanas algunos pacientes han sido trasladados a otras ciudades para quitar presión al sistema sanitario.
Italia inició esta semana una cuarentena para tres cuartas partes del país, para frenar la cifra de 25 mil nuevos casos por día. Alemania también ha reconocido que se encuentra ya en una tercera ola.
Ante el llamado “cansancio pandémico”, las autoridades francesas optaron por una “cuarentena híbrida”, aunque los negocios no esenciales estarán cerrados, las escuelas seguirán abiertas; si estas acciones funcionan, podrían tomarse como un ejemplo para otros gobiernos ante el comportamiento repetitivo del virus y el hartazgo de la población.
Ante la rápida subida de casos, la mejor arma es la vacunación, pero ante el acaparamiento de los países ricos, las naciones en desarrollo están a expensas de las sobras.
Tal es el caso de México, que está a la espera de 2.7 millones de dosis de AstraZeneca que Estados Unidos compró, pero que no necesita.
POR ALEJANDRA MARTÍNEZ
ALEJANDRA.MARTINEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALEJANDRAMTZ_87
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