LA ENCERRONA

El ocaso de López-Gatell

El llamado zar anticovid ha decidido predicar con el mal ejemplo

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“La mejor estructura no garantiza el éxito ni los resultados. Pero la estructura equivocada es una garantía de fracaso”.

Peter Drucker

Desde su irrupción en la vida pública del país, Hugo López-Gatell ha estado en el ojo del huracán. En un principio causó altas expectativas, puesto que se vivía una constante negación por parte del Presidente respecto al COVID-19 y él era el único funcionario que —medianamente— daba respuestas técnicas acerca de la emergencia sanitaria.

Su conferencia vespertina despertó el interés de la audiencia nacional, sus datos de personas contagiadas, aliviadas y fallecidas. A esta popularidad se le sumaban los elogios brindados por la OMS hacia el subsecretario y el manejo de la pandemia... en aquel lejano momento, donde todo era miel sobre hojuelas.

Posteriormente, la realidad fue superando a la ficción de la “novela de las 19:00” y López-Gatell comenzaba a sufrir el desgaste del poder en el marco de la pandemia. El modelo Centinela, usado desde 2006 para la influenza, pero que para el COVID-19 resultó completamente ineficiente. La estrategia de no aplicar vacunas de manera masiva nos dejaba en un mar de incertidumbre y, por ende, las cifras comunicadas por el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud se han visto envueltas en un velo de opacidad, por lo que algunos expertos internacionales señalan que las personas con el virus podrían ser, en realidad, tres veces mayor a las reportadas desde Palacio Nacional.

En este tenor, López-Gatell comenzó a caer en algo muy recurrente en este gobierno, las contradicciones y los otros datos. En algún momento comentó que sería una catástrofe si en México llegáramos a la cifra de 60 mil muertes a causa del coronavirus, sin embargo, hoy estamos por alcanzar los 200 mil decesos, pero el semáforo ahora está en naranja. Hoy podemos ver que después de haber estado contagiado, el Presidente vuelve con el mal ejemplo de no utilizar el cubrebocas, tanto en sus mañaneras como en sus giras, mientras que el encargado de la estrategia nacional prefiere callar.

El llamado zar anticovid ahora no sólo es comparsa del titular del Ejecutivo, sino que también ha decidido predicar con el mal ejemplo de no utilizar cubrebocas, pero esto no es cosa menor, ya que después de informar que estaba contagiado de COVID y ausentarse de Palacio Nacional porque en una segunda prueba resultó positivo, dijo que “[...] tengo carga viral lo suficientemente alta para ser contagioso. Por tanto, aunque tengo el alta médica, no tengo el alta epidemiológica”, comentó, y luego se le observó paseando sin el uso de cubrebocas. Otra contradicción y otra irresponsabilidad grave.

Ante esta burla realizada por el subsecretario a todas y todos los mexicanos, desde San Lázaro y también en el Senado, se exige su renuncia e, incluso, ser juzgado penalmente con base en el artículo 199 bis del Código Penal Federal, pudiendo recibir una sanción de tres meses o hasta tres años de prisión, además de una multa. Por parte de la sociedad, no debemos permitir el uso político de la vacuna y mucho menos que se sostenga en el cargo a un servidor público que incurra en ineficiencias técnicas, cinismo y hasta mofas a la sociedad.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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