Un querido y talentoso amigo perdió su empleo como analista deportivo. “Despido injustificado”, publicó en sus redes sociales, sólo eso.
Si no menciono nombres es porque no quiero tomar partidos, ni emitir juicios sesgados. La intención de esta columna es otra.
Si fue o no despido injustificado lo sabrán bien los involucrados. Lo que penosamente me llama la atención es la reacción del gremio periodístico deportivo ante tal ¿revelación? Una vergüenza.
Algunos medios deportivos, de esa escueta publicación, hicieron veloces y superficiales notas; varios comunicadores se limitaron a poner trillados mensajes: “Ya vendrá lo mejor”, “me solidarizo contigo”, “ánimo”…
Te podría interesar
Mientras un compañero de profesión denuncia despido injustificado; es decir, una injusticia que, por su naturaleza, siempre es grave, todo queda en una fugaz atención informativa, y palabras huecas.
Pero eso sí, somos los primeros en quejarnos de que en México no existe unidad entre los futbolistas, de que sus derechos son pisoteados, y de que la humillación es parte de su realidad. Dientes para afuera, grosera hipocresía.
¿Cómo nos atrevemos a exigir unidad si en realidad nosotros no estamos unidos? Otra realidad sería si predicáramos con el ejemplo.
Cuando un compañero de profesión acusa de una injusticia laboral para con su persona, ¿cómo intentamos ayudarlo?, ¿qué hacemos para verdaderamente encontrar una solución? Nada, no hacemos nada.
Y he ahí el motivo por el que una gran mayoría de periodistas y comunicadores del deporte estén en condiciones laborales penosas. Sin contrato, sin seguridad social, sin primas vacacionales ni aguinaldos… y también, sin liquidaciones de acuerdo a la ley. Tratos ventajosos y desiguales, injusticias por doquier.
Como si en México un comunicador deportivo no tuviera motivos para tener un trabajo con derechos, como si fueran una especie aparte.
Y todos lo vemos, pero nunca hacemos nada.
Y tenemos la cara dura para quejarnos del “mercado de piernas” de los futbolistas.
Muchas cosas han cambiado para bien en este país; un trato laboral digno y justo para todos es un asunto pendiente.
Son muchos los casos de comunicadores deportivos que ni siquiera pueden atenderse médicamente por falta de recursos, ni qué decir de sus familiares, por poner un ejemplo. Tristemente no son extraños los casos en los que uno de ellos, después de trabajar toda un vida en medios deportivos, no puede siquiera pensar en un retiro digno.
Sí, lamentablemente todo esto sucede en muchas ramas laborales de México, en muchas ocasiones pareciera que los derechos de un trabajador son un verdadero privilegio. Sólo con unidad se podrá superar esto.
POR PONCHO VERA
ALFONSO_VERA@HOTMAIL.COM
@PONCHO-VERA
dza