TRES EN RAYA

Monreal, calificar a modo

Si hubiera honestidad de parte del gobierno federal, el único “conflicto” que podría señalar Monreal son las pésimas notas que ha logrado Pemex

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán/ Tres en Raya/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Como miembro de cualquier gobierno fallido que odia ser señalado como tal, Ricardo Monreal acaba de plantearle un nuevo ultimátum a la realidad. Aduciendo fuertes impactos y supuestos conflictos de interés, el coordinador de Morena en el Senado aseguró que se debe regular — es decir, calificar— a las calificadoras que operan en el país.

Lo dicho por Monreal es el segundo intento en lo que va del sexenio de imponer una lectura diametralmente distinta a lo que dicen las calificadoras internacionales. La primera fue cuando Pemex prescindió de la calificadora Fitch; el pretexto entonces fue “optimizar la contratación de estos servicios ante la crisis financiera que enfrenta el país”. Fitch Ratings sencillamente dijo que seguiría entregando las notas de la empresa para quien quisiera consultarlas.

Estimo que, si hubiera honestidad de parte del gobierno federal, el único “conflicto” que podría señalar Monreal son las pésimas notas que ha logrado Pemex. Y de eso no es culpable ni Fitch ni cualquier otra calificadora... El conflicto de interés surge a partir de que miembros de la 4T tratan de ocultar la realidad.

Pero, desafortunadamente para López Obrador y para Ricardo Monreal, la realidad existe no importando sus deseos políticos personales. Las cifras de Pemex demuestran una pésima administración y pérdidas multimillonarias. Y no habrá plan ni estrategia para arreglar a tan quebrada empresa que salga de la Cuarta Transformación. Más allá de la falsa diatriba sobre la soberanía, la presente administración no podrá hacer nada para que la empresa sea más eficiente.

Ante este panorama, es natural que las calificadoras reduzcan las notas y que esto a su vez contraiga la inversión. Pero no es amenazando a las calificadoras o sacándolas del país como se revertirán las tendencias negativas. Para que suceda esto último se requiere, entre muchas otras cosas, contar con verdaderos expertos inmersos en la operación del ámbito energético, así como un legislativo que no cambie la norma para complacer al residente de Palacio Nacional.

El maquillaje que espera dar Morena a las cifras de la industria energética en México solo acelerará un proceso que desincentive cualquier posible transformación positiva del sector, además de que erosionará la confianza de posibles inversionistas.

La preocupación de Monreal por regular a las calificadoras tiene como único objeto establecer un calificador que pueda ser controlado e influenciado desde el aparato gubernamental, lo que tendría consecuencias negativas para el país. Todo el propósito de contar con un calificador es que este no sea una estructura diseñada a modo por quien va a ser calificado. Por lo que la propuesta de regular a las calificadoras para garantizar su objetividad es un contrasentido: dar rienda suelta a la subjetividad para ocultar la pésima gestión en Pemex.

Para garantizar la publicación de otros datos, el legislador parece ser capaz de cuestionar y tergiversar los motivos de quienes hasta ahora han evaluado el desempeño de empresas como Pemex y de economías nacionales en su totalidad. Pero pretender una realidad alterna a lo que sucede no resultará sencillo aunque se tenga un legislativo —ese ciertamente a modo— capaz de modificar las leyes para que las evaluaciones de Pemex no demuestren lo quebrada que se encuentra la empresa.

Así modifiquen las leyes para tener una calificadora a modo o se establezca una calificadora de la 4T, la realidad cada día se percibirá mejor. Muchos mecanismos de la economía global que nos rige, querámoslo o no, se encargarán de ello. Y será, me temo, una verdad tan terrible que ni siquiera una calificadora a modo podrá ocultar.

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

dza