COLUMNA INVITADA

Manifestar en medio del COVID

Las anécdotas solo hablan del número de participantes, del escándalo de los tiradores contra drones, de los lamentables eventos de violencia o del uso de gases lacrimógenos

OPINIÓN

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Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Después de un año de COVID 19, las mujeres salieron a marchar en defensa de sus derechos y para demandar que el gobierno establezca políticas que las protejan, que terminen con la violencia de género y que se eviten los feminicidios. Más allá de números y anécdotas, la marcha fue mucho más que una protesta. Es parte de una cadena de eventos que recuerdan con insistencia la necesidad de cambiar la cultura, de reconocer a la mujer en todo su potencial y evitar toda discriminación y exclusión.  

Las anécdotas solo hablan del número de participantes, del escándalo de los tiradores contra drones, de los lamentables eventos de violencia o del uso de gases lacrimógenos. En mi caso, el COVID me llevó a visitar San Felipe Torres Mochas, Guanajuato, para atender a la familia. Allá, sin muros ni vallas, un grupo de mujeres del pueblo hicieron su manifestación de protesta, vestidas de morado, con pancartas y gritos similares a los que se emitieron en el zócalo. Así ocurrió en múltiples rincones de todo el país. 

Resulta ofensivo que para el Presidente se trató solo de evento que había que contener. Para él se trató de una protesta contra el gobierno de la que había que defenderse con una valla. El éxito consistió en haber evitado la violencia y no caer en provocaciones. Según su dicho, se trató de un movimiento impulsado por el conservadurismo, escondido en el feminismo, que ve atacados sus intereses por el cambio que ha logrado su gobierno y los medios internacionales que reportaron la marcha son representantes de empresas que saquearon a México. 

Para el Presidente no cuentan las protestas en contra de la candidatura de Félix Salgado Macedonio al gobierno de Guerrero, ni los feminicidios, ni las quejas por la falta de atención a las víctimas de violaciones, desapariciones, y violencia intrafamiliar. Lo que importa es simplemente que no se critique al gobierno. El que lo haga es un adversario conservador, neoliberal.  

Lo que no se entiende es la profundidad del movimiento actual de las mujeres, la capacidad de protesta y movilización que han mostrado y la importancia de impulsar nuevas políticas que realmente transformen su situación. Ya no basta que la Secretaria de Gobernación reconozca que México tiene una deuda con las mujeres que no reciben un pago justo por su trabajo y que las mujeres son el centro de la lucha por la igualdad. Después de más de dos años de gobierno lo que se espera son resultados. El Presidente no entiende que se trata de un movimiento que no tiene partido ni conspiraciones en su contra y que es necesario liderarlo con políticas innovadoras propias de un estadista. 

Es hora de promover, difundir y aplicar nuevos protocolos para la atención a las situaciones en las que una mujer se ve agraviada. De hecho, muchas instituciones han empezado a aplicar este tipo de prácticas, simplemente porque sus mujeres los han promovido y sus hombres los han apoyado. Lo que no se ve es el liderazgo presidencial que los impulse. 

Por ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ
PROFESOR INVESTIGADOR TEC MONTERREY
@ARTUROSANCHEZG

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