Mientras la icónica compañía General Motors anunció que para 2035 solo fabricará coches eléctricos y los de combustión interna pasarán a formar parte de un museo de reliquias, en México, por primera vez, las refinerías inservibles producen más combustóleo que gasolina.
Mientras en Alemania, VW dejó de fabricar coches con motores de combustión interna en una de sus plantas (Zwickau) para solo fabricar eléctricos, —preparándose así para el 2040 cuando estará prohibido en la Unión Europea fabricar modelos que emitan emisiones— México se funde y refunde el dinero en Dos Bocas.
Mientras el futuro mundial plantea el uso absoluto de las energías limpias, en México el gobierno de la 4T se empecina en utilizar combustibles fósiles.
Y la única conclusión ante tal sinsentido es que esta administración federal nos conduce al pasado, convencidos de algo así como que los dinosaurios apenas ahora se van a extinguir y que se volverán de inmediato en combustibles fósiles.
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La próxima reforma de la CFE que nos impondrá Andrés Manuel López Obrador y Rocio Nahle será el equivalente a dar a cada casa mexicana lámparas de keroseno para quemar en ellas el combustóleo y, con ello, contaminar de forma directa a la población.
Los programas de apoyo para las empresas consistirán en un paquete de forraje para las mulas y así mover los trapiches. Se logrará moler piña y, como no habrá energía eléctrica, con el jugo se hará tepache. No se podrán exportar esos jugos, claro está, y estos se echarán a perder pues no se tendrá capacidad frigorífica para almacenarlos...
El Tren Maya contaminará con tempo, usando carbón. Y la ‘madre tierra’ se desgajará ante el constante tremor de la máquina de fierro.
En Santa Lucía, los colmillos de los mamuts encontrados (y por encontrar) servirán para que los aviones tomen un impulso tan antiguo y fósil que no lleguen ni siquiera a despegar.
Los Jettas se convertirán en Suburbans y lo dicho en las mañaneras se volverá realidad tan solo por el deseo de Andrés Manuel.
Su micrófono se trastocará en un cono de porrista —total la electricidad seguirá fallando—, y con ese artilugio del pasado, la voz del presidente se oirá hasta el fondo del salón. Y los molinos eólicos para generar energías limpias serán desmontados porque no le gustan a López Obrador cómo se ven.
Las propuestas de inversión para hacer frente a la peor crisis económica que azota a nuestro país se centrarán en todo lo comentado anteriormente; en la incongruencia, la duda, el constante golpeteo al Estado de Derecho. En regresar al pasado y quemar el futuro en inversiones arcaicas; en una refinería que será la tumba del posible progreso del país precisamente cuando más se requieren inversiones.
Expertos, comentaristas y conocedores se han cansado en señalar el gran error que significa continuar invirtiendo en los combustibles fósiles y en el terrible impacto que tendrá la iniciativa energética propuesta por el gobierno federal para el país. Pero el mandatario no quiere escuchar.
Tal vez si señalamos —como creo lo he hecho— lo ridículo que son sus propuestas, este regreso al pasado pueda detenerse.
Ojalá alguien le haga cambiar de rumbo. AMLO se va a equivocar.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO
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