LA ENCERRONA

Cuidar a la niñez

El niño que no sea abrazado por su tribu, cuando sea adulto quemará su aldea para sentir su calor

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Aunado a lo evidente, la emergencia sanitaria mundial ha puesto bajo la lupa varias problemáticas que estaban ahí, pero que no eran visibles a los ojos del orbe. Más allá de los temas en salud, economía, política, educación (a distancia), empleo informal y un largo etcétera. A estas dificultades, y en medio del confinamiento provocado por la pandemia de la Covid-19, se le une el hacinamiento y las distintas violencias familiares como el acoso, hostigamiento, violaciones físicas y sexuales, entre otras, que este ha conllevado en gran cantidad de países, siendo las mujeres, la niñez y adolescencia el porcentaje más alto de las víctimas.

En este sentido, a casi un año de que el planeta viva en un confinamiento -parcial o total-, en medida de lo posible, se han incrementado las denuncias por motivo de alguna de estas violencias. Solo en nuestro país han existido dos picos históricos dentro del marco pandémico. El primero de estos se dio en marzo del 2020 con 20,504 acusaciones (aunque por el cierre del Poder Judicial y los ministerios públicos cerraron y la cifra bajó a 15 mil); el segundo momento álgido fue en octubre del mismo año con casi 20,600 señalamientos, lo que significa que en 664 hogares, 28 familias sufrieron algún tipo de violencias cada hora en nuestro país, un aumento del 3.4 % respecto a 2019, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Solo hablar de las violencias contra las mujeres, los datos resultan escalofriantes, el registro de llamadas al 911 -mismo que desestimó el presidente- asciende a 58 mil 834 llamadas por violencia familiar; 19 mil 742 por violencia de pareja y; 21 mil 349 por violencia contra la mujer, sumadas a las llamadas de hostigamiento y violación (donde el agresosr está fuera del hogar), el resultado sería de casi 100 mil llamadas de denuncia. Sin embargo, hablar de violencias familiares en contra de las niñas y niños se complejiza por la falta de denuncias y de transparencia en los datos.

Según UNICEF, las violencias en contra de la niñez son más común de lo que parece alrededor del mundo. En nuestro país 8,644 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados entre 2010 y 2016; y 6,257 estaban registrados como desaparecidos hasta noviembre de 2017. Obviamente estas cifras son prepandémicas, lo cual advierte que esta lacerante problemática se ha acrecentado. En Asia, África o Latinoamérica los casos de violencia en contra de las y los niños son abundantes. Como muestra, en Puerto Quito, en la provincia de Pichincha en Ecuador, se ha develado un escandaloso caso de violacion sistemática, que las autoridades ecuatorianas han denominado “Operación Querubín”, para el rescate de estas niñas, niños y adolescentes a los cuales sus padres, padrastros, tíos o hermanos, es decir, abusadores dentro del hogar, han violado constantemente a sus víctimas.

No podemos seguir con esta situación. Mucho se habla de que la niñez es el futuro del mundo, pero difiero, también son el presente y debemos de protegerles como el bien más preciado que tiene cada nación. El hogar de cada niña, niño y adolescente debería ser la fortaleza donde aprendan, jueguen y socialicen en pleno goce y ejercicio de sus derechos y libertades. Autoridades y sociedad debemos unirnos para terminar de una vez por todas con esta problemática.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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