COLUMNA INVITADA

Polarizar a la sociedad en nombre de la “igualdad sustantiva”

Iniciativa altamente ideológica ingresa de manera anticlimática a la discusión en el congreso

OPINIÓN

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Rodrigo Guerra López / Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Uno de los desafíos culturales más importantes de las últimas décadas se encuentra en la introducción del concepto de “género” dentro del debate público. Con esta palabra se suele referir a la construcción simbólica y cultural que realizamos las personas al momento de vivir nuestra identidad sexual en diversos contextos. Así entendido el “género”, hay que reconocerlo como un hecho social. La historia de la sexualidad en las diversas épocas y culturas acredita ampliamente esta observación.

Los problemas comienzan cuando se tratan de comprender categorías como “identidad”, “rol”, “expresión”, y “perspectiva” de género en relación con su articulación con la identidad sexual de la persona. En efecto, las muy diversas antropologías subyacientes a los discursos en este terreno muchas veces condicionan fuertemente el contenido de estos conceptos. Cada teoría de género posee su manera de interpretar lo humano: marxista, existencialista, neo-aristotélica, psicoanalítica, personalista, etc.

Decimos que los problemas comienzan aquí porque este intenso debate suele ser invisibilizado por parte de activistas que buscan impulsar agendas de poder reduciendo ideológicamente lo que debería ser una discusión académica estricta. Esta reducción irracional, arbitraria y manipuladora de la sexualidad y de ideas procedentes de distintas teorías de género, –muchas veces contradictorias entre sí– es el corazón de lo que podemos denominar “ideología de género”.

Dentro de los muchos ejemplos que se pueden citar para ilustrar la mencionada “ideología” tenemos el caso de la iniciativa de reforma constitucional sobre “igualdad sustantiva” promovida por la diputada de Morena, Aleida Alavez, la semana pasada. Con un lenguaje que da por hecho que existen consensos sociales y teoréticos sobre el significado de “identidad y expresión de género”, “preferencia sexual”, “orientación sexual”, “derecho al libre desarrollo de la personalidad”, “identidad genital”, “autonomía sexual y reproductiva”, intenta establecer una infraestructura conceptual que permita constitucionalizar el denominado “matrimonio igualitario” y abrir caminos interpretativos para una más amplia práctica del aborto legal en México. Una gran oportunidad para avanzar en la verdadera igualdad se hunde gracias a una diputada que se suma al “mainstream” de la cultura del descarte, sin discernimiento alguno.

La iniciativa de reforma constitucional cuenta con la simpatía de la Segob y de otros actores que suelen no confiar en el rigor de la ciencia y de la discusión académica. Son los mismos sectores que no cuestionan la candidatura de un presunto violador que pretende ser gobernador y que simultáneamente buscan congraciarse con los organismos internacionales que apoyan económicamente las agendas contrarias al derecho a la vida y al valor del matrimonio heterosexual.

En el contexto de una pandemia incontrolada, de una profunda crisis económica, inmersos ya en atmósfera pre-electoral, y con actividad creciente del crimen organizado en todo el país, la diputada Alavez, no podía haber lanzado una iniciativa más anti-climática, poco fundamentada y polarizante. Esperemos que Morena recapacite, y que PAN, PRI y PRD actúen de manera responsable.

POR RODRIGO GUERRA
PROFESOR-INVESTIGADOR DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN SOCIAL AVANZADA (CISAV)

 

avh