CONTRA LAS CUERDAS

Karla, la candidata trans del PAN

Desde hace 20 años se involucró en un partido catalogado como conservador e inició su transformación personal junto con su carrera política

OPINIÓN

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Alejandro Sánchez / Contra las cuerdas / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Conocí por la vía remota a Karla Coronado Grijalva, quien está haciendo historia en el PAN como la primera persona transexual en obtener una candidatura a una diputación federal. De inmediato me pintó una vida feliz, completamente alejada del sufrimiento que suelen experimentar buena parte de quienes forman la comunidad LGBT por el rechazo entre sus familias y con la sociedad.

Desde que tiene uso de razón, nunca ocultó su atracción por los zapatos de tacón alto y los vestidos. Sus abuelos maternos fueron como sus padres. En el puerto de Veracruz la cuidaban de tiempo completo, mientras mamá trabajaba para llevar el sustento a casa. La abuela rentaba un local que, con el paso del tiempo, se convirtió en el salón de belleza de transexuales y homosexuales.

Buena parte del día le gustaba pasarlo con la dependienta del negocio, para tener el mayor contacto posible, y saber más de la vida trans. Eso la ilusionaba y la hacía soñar con determinación que un día terminaría siendo como ellas. Una tarde, ya en la adolescencia, terminó confesándose con mamá. “Mami, soy gay”. Ahora, a sus 35 años de edad, sabe que no confesó algo que no supieran en casa. Pero era necesario expresarlo para continuar su vida.

Luego le pidió su consentimiento para que aceptara su proceso de transformación, empezando por su vestimenta y cambio de género con todo lo que eso representa. Al principio mamá no quería eso para su hijo. Veía en las noticias las agresiones en contra de las primeras asociaciones LGBT en medio de su lucha por el reconocimiento. Pero en menos de una semana la señora terminó aceptando el deseo de su hijo.

Lo hizo poco a poco. En ese proceso, El tío, como le decía a un vecino amigo de la familia, era un activista del PAN bueno para el trabajo de campo en épocas electorales. Fue quien la acercó a las llamadas pandillas juveniles del PAN, grupos de chicos y chicas encargados de cuidar el voto el día de elecciones y ayudar a movilizar a su estructura partidista.

Tenía 16 años y ya había iniciado un proceso de transformación a base de consumo de hormonas que compraba con sus ahorros como estudiante de secundaria. De modo que, al descubrir su fascinación por la grilla, empezó a presentarse al partido aún vestido con ropa masculina, pero con uñas pintadas y maquillaje en el rostro. “Y nunca, nunca me sentí rechazada, aunque nunca faltaba quien ofendiera en la calle”.

En esa coyuntura, los grupos LGBT venían de una lucha para insertar a homosexuales en la actividad política, hasta que, en 1997, Patricia Jiménez, se convirtió en la primera persona abiertamente homosexual en ganar un puesto en el Congreso, haciéndolo por el PRD. Pero fue hasta 2004 cuando Karla Grijalva se convirtió en miembro activo del PAN, con voz y voto para tomar decisiones.

Así es como se metió en las entrañas del PAN, desde hace 20 años, un partido catalogado como conservador por su rechazo irrenunciable al aborto y la defensa a ultranza de la familia tradicional. Pierda o gane la diputación plurinominal en junio, el nombre de Karla, quien inició su transformación personal junto con su carrera política, deberá aparecer ya en los libros de historia de Acción Nacional.

Mañana la conversación íntegra con Karla en mis redes sociales AlexSanchezMX de Twitter y Youtube

POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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@ALEXSANCHEZMX