VENTANA POLÍTICA

La dinámica autoritaria

El impacto del COVID-19 trajo una merma en las libertades democráticas

OPINIÓN

·
Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial.

La pandemia no sólo ha traído tragedias sanitarias y crisis económicas. También ha golpeado políticamente, marcando una mala temporada para las democracias en el mundo. Según el Indice Democrático elaborado por The Economist Intelligence Unit, el impacto del coronavirus ha significado una merma en las libertades democráticas y un terreno fértil para la intolerancia y la descalificación del contrario. 

Dice Richard Haas que la ventaja de las democracias está en su capacidad de autocorregirse. 

De hecho, la elección de Joe Biden luego de cuatro turbulentos años y un desastroso manejo de la pandemia por parte de Donald Trump, es prueba de ello. 

Sin embargo, el fracaso del segundo impeachment para sancionar a Trump por incitar la insurrección y la toma violenta del Capitolio congela toda ilusión democrática. Si bien 43 senadores absolvieron al expresidente, millones de ciudadanos le dieron su voto y lo siguen respaldando. Aún después de lo ocurrido, 60 por ciento de los votantes republicanos aprueban la gestión de Trump.

Esta evidencia sugiere que hay factores más allá de la conexión con sus seguidores. 

La economista y sicóloga Karen Stenner los anticipó en su libro La dinámica autoritaria y los retoma con Jessica Stern en un articulo para Foreign Policy

Para las autoras, la resistencia del trumpismo –y de los movimientos populistas– obedece a vulnerabilidades en el electorado que falta explicar adecuadamente, ya que aplican no sólo al sistema político norteamericano, sino a las democracias liberales en general. 

Por ejemplo, se tiende a pensar en votantes poco educados, menos favorecidos y enojados por sentirse excluidos del progreso económico. 

Pero la experiencia muestra que son las emociones y percepción de amenaza sociocultural los motores del sentimiento autoritario en el electorado.

Un tercio de la población en países occidentales está predispuesto al autoritarismo que ofrece uniformidad e igualdad. 

Favorecen la sumisión, el conformismo y valoran a lideres fuertes y sociedades homogéneas, sobre libertad y diversidad, sea cultural, étnica o política

El miedo ante la complejidad de los cambios sociales y económicos está en la raíz de la intolerancia. 

Paradójicamente, los electores proclives al autoritarismo están dispuestos a aceptar virajes radicales y acabar con instituciones “si el líder carismático les promete uniformidad del otro lado de su revolución”.

Más que la marginación económica, la pérdida del modo de vida tradicional generó tal ansiedad en los votantes republicanos, pues 40 por ciento manifestó estar dispuesto a defenderlo, incluso recurriendo a la violencia. 

La proclividad hacia el autoritarismo no se acaba de un día para otro y permanece latente en una sociedad confrontada. Este sentimiento está detrás de las absoluciones a Donald Trump y será la gasolina para mantener vigente su causa los próximos años.

Pero Stenner y Stern advierten que “sea en Washington o en Varsovia, la lucha del populismo contra la democracia liberal está guiada por el miedo”.

 

POR VERÓNICA ORTIZ
VORTIZORTEGA@HOTMAIL.COM 
@VERONICAORTIZO

lctl