Debo mencionar que al iniciar a escribir este artículo lo hice pensando claramente en la añorada nueva normalidad que miles de mexicanas y mexicanos esperamos y al mismo tiempo analizando que se ha hecho para poder llegar a ello y es que esta semana al incorporarse el mandamás del Ejecutivo después de su “recuperación” tras dar positivo a COVID y escucharlo decir no usaré cubrebocas, sí hace reflexionar sobre la falta de sensibilidad a la realidad que hoy vivimos.
Sabemos que el cubrebocas es nuestra herramienta diaria de protección para muchas familias, jóvenes, mujeres y menores porque es parte de las medidas prioritarias que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido y que la ciudadanía ha seguido para contribuir a que los contagios no se propaguen.
A diferencia de México, otros países como Estados Unidos, han avanzado, pues existe un control mucho más evidente para poder generar una nueva normalidad con los cuidados y estrategias pertinentes y bien estructurados. Nuestro país, del cual estamos orgullosos de pertenecer por su riqueza cultural, tradiciones y hospitalidad, turismo, arte y diversidad, hoy se ve en la opacidad total por una clara y fallida estrategia para evitar, contener y detectar COVID-19 en la población.
Y cuando por fin se logró tener acceso a la vacuna, esta ha sido codiciada, pues las pretensiones electorales del partido que gobierna, es decir, de MORENA, son claras. Seguramente se preguntarán, porqué me atrevo a aseverar tal situación, de dónde saco tal locura y la realidad es que la única locura es creer que la 4T está velando por el país.
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No es casualidad que para poder ser beneficiario de la vacuna haya que registrarse en una página, que por cierto el día que iniciaba la etapa de vacunación para personas de 60 años en adelante, la plataforma presentó fallas y no permitió el acceso. Después de horas de intento, algunas usuarias y usuarios lograron obtener su folio, sin embargo, cuando por fin se obtiene el registro, habrá que esperar a que ´alguien´ del gobierno se comunique con quien se registró para dar lugar y hora para recibir el antígeno, y si con esto no se tuviera demasiado protocolo, fuera de una ejecución de una misiva de salud ¿saben qué más ocurre? un servidor de la nación, el ejercito electoral del gobierno federal son quienes operan el Plan de Vacunación.
La estrategia y el Plan de vacunación son un fracaso, al no hacerlo abiertamente en el sector salud, en una página bien establecida y que los encargados reales de llevar a cabo esta estrategia de salud emitan con mayor rapidez y alcance a más ciudadanos, la respuesta es clara, existe un evidente uso electoral de la vacuna rumbo a las elecciones de 2021, pero es momento de dejar claro lo siguiente: La salud debe estar por derecho humano al alcance de las y los mexicanos, la salud no debe estar a expensas de una pretenciosa campaña electoral, la salud no es negociable. Debemos tener claro que cada día hay más muertes y menos vacunas, en nuestro país ya hay más de 167 mil familias enlutadas por el COVID-19 y más de un millón 936 mil casos de contagio.
Diversos gobiernos estatales quieren abonar en la vacunación generando una estrategia más funcional al no coincidir con el mesías, al pensar distinto, al decir las cosas como son, al ser oposición, que es lo que sucede en las dictaduras… En efecto tienen las manos amarradas y aunque el gobierno federal se mostró “flexible” en ese sentido todo fue un engaño pues a los estados, no les será fácil generar la compra directa de la vacuna para poder ayudar desde lo local y vacunar a las personas con mayor rapidez, estrategia y eficacia.
Los datos son claros, no hay resultados alentadores para el país y no se emprenden acciones para mejorar el sistema de salud, de trabajo, de seguridad; la violencia va en aumento y la economía va en declive, se ha detonado en negativo por una mala estrategia no sólo de atención sino también de contención antes y durante la pandemia.
El país no puede seguir colapsando, se requiere que la ciudadanía observe la realidad y demande lo que por derecho les corresponde, así como la generación de contrapesos que sean una voz clara para construir puentes de comunicación que ayuden a transformar las necesidades en acciones, porque México necesita ser atendido, no ignorado. La vacuna debe ser una esperanza, una acción, un remedio pare poder salir de esta crisis sanitaria, vivir con salud y levantar al país, no un botín político de unos cuantos para perpetuarse en el poder a costa de vidas humanas.
La salud es un derecho humano.
POR FANY SANTIAGO
SECRETARIA NACIONAL DE COMUNICACIÓN POLÍTICA DEL PRD
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