COLUMNA INVITADA

Los queremos vacunados

La convalecencia del presidente de la república es una muestra clara que el virus no respeta clases sociales, ni cargos públicos

OPINIÓN

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Héctor Serrano/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La pandemia está lejos de acabar, la crisis económica está peor que nunca y la lógica mundial es imponer cada vez más restricciones a la movilidad de las personas. Por si esto fuera poco, en cuanto a las vacunas, solo hay malas noticias para nuestro país; no llegan las cantidades prometidas por nuestras autoridades y, cuando las hubo, no alcanzaron para prácticamente nada.

Ni siquiera fueron suficientes para vacunar al uno por ciento de nuestra población, aunado a esto, las principales farmacéuticas que las producen y que cuentan con las autorizaciones para su distribución, están rebasadas por la demanda, no han podido cumplir sus compromisos con los países europeos que las solicitaron antes que el nuestro. Pésimas noticias en el peor momento.

Si las condiciones no dan un giro radical, es fantasioso pensar que la mayoría de los mexicanos tendremos acceso a alguna de las vacunas que ya han sido aprobadas por organismos internacionales, en el mejor de los casos, nuestra única opción viable es contar con la vacuna rusa Sputnik V, cuya eficacia y seguridad son cuestionadas a nivel mundial.

Ante tales circunstancias, hoy más que nunca necesitamos a nuestras autoridades en plenitud de sus capacidades, ellos asumieron compromisos para los cuales fueron electos o contratados y, a pesar de la pandemia, estamos en todo nuestro derecho para exigirles resultados. Necesitamos de su conducción para superar la crisis.

La convalecencia del presidente de la república es una muestra clara que el virus no respeta clases sociales, ni cargos públicos, por eso es de suma importancia replantearnos quién tiene, no solo el derecho, sino también la obligación de recibir la vacuna en primer lugar.

El número de servidores públicos que por sus responsabilidades pueden ser considerados del más alto nivel, no supera los 200, son ellos quienes toman las decisiones para conducir el país, si de todos modos se invierten muchos recursos en su cuidado, resulta inverosímil que no puedan acceder a la vacuna en una primera etapa.

Es un falso discurso seguir insistiendo que por humildad no se vacunan, es más factible que lo hagan por propaganda; pero, los problemas que hoy enfrentamos les exigen no enfermar de algo que puede evitarse. Es primordial que, si todavía no han sido vacunados, lo hagan lo antes posible. Si los Siervos de la Nación ya recibieron la vacuna, ¿qué más da?

La cantidad de dosis requeridas para proteger a este número de funcionarios no es representativa, pero la falta de alguno de ellos podría llegar a ser un problema, no es correcto y no es sensato, anteponer una estrategia de comunicación a los intereses colectivos. Los queremos vacunados, en sus puestos y dando resultados.

Nos esperan meses difíciles, no es momento para la confrontación, ya se ha perdido mucho, debemos desear la pronta recuperación del Presidente.

POR HÉCTOR SERRANO
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR

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