POLITEIA

Defender al INE

Lo que hemos visto en los últimos días contra el Instituto Nacional Electoral no es sino un episodio más de una andanada que ha durado lo que este gobierno

OPINIÓN

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Fernando Rodríguez Doval / Politeia / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Sobrepasando todos los límites democráticos y de tolerancia y decencia política, ahora Morena pretende llevar a la cárcel a los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), que mayoritariamente votaron por aplazar la consulta de revocación de mandato, ante la imposibilidad material de llevarla a cabo por falta de recursos.

Como bien aseguraron, en un comunicado los 11 consejeros electorales, en un Estado democrático de Derecho, las diferencias de opinión no se persiguen como delito. Lo que hemos visto en los últimos días no es sino un episodio más de una andanada que ha durado lo que este gobierno. 

Prácticamente desde el día uno de su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha dedicado a denostar de las más diversas formas a la máxima autoridad electoral, de la misma forma que lo ha hecho con los organismos públicos a los que no ha podido controlar. Durante décadas, México era conocido mundialmente como un lugar en donde el voto no se respetaba, en donde la autoridad llevaba a cabo todo tipo de atropellos en las elecciones, con tal de mantenerse en el poder. Había, incluso, diversas prácticas fraudulentas muy mexicanas, como el ratón loco, la urna embarazada o el carrusel. 

 En ese México, por cierto, fue donde nació y se formó Andrés Manuel López Obrador, y en donde comenzó a dar sus primeros pasos políticos. La transición mexicana a la democracia fue gradual y producto de múltiples reformas electorales que permitieron tener un sistema muy complejo que ha permitido elecciones libres y justas, organizadas por una autoridad electoral autónoma respecto al gobierno e imparcial respecto a los contendientes. El Instituto Nacional Electoral —primero como Instituto Federal Electoral—, ha sido piedra angular para la democracia en México, la cual sería impensable sin este órgano electoral. Nadie pretende santificar al INE. 

Algunas de sus resoluciones recientes han sido discutibles, como cuando exigió a los partidos todo tipo de cuotas, supuestamente representativas en sus candidaturas, desconociendo que las democracias modernas están construidas sobre la idea liberal del ciudadano en lo individual, al margen de su sexo, etnia, color de piel, preferencia sexual o situación migratoria, y que los representantes populares lo son de ciudadanos, no de estamentos ni de identidades colectivas. En ese tema, el Instituto Nacional Electoral ha sido rehén de la corrección política, al igual que buena parte de nuestras élites. 

Sin embargo, más allá de diferencias legítimas sobre puntos de vista contingentes, hoy se torna urgente cerrar filas en defensa de la institución que garantiza que tengamos una democracia electoral equiparable con cualquier otra del mundo Una institución fundamental que hoy pretenden destruir los autoritarios que buscan eternizarse en el poder sin contrapesos.

POR FERNANDO RODRÍGUEZ DOVAL
POLITÓLOGO
@FERDOVAL

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