DESDE AFUERA

Boric, la izquierda en la región

Hay por lo menos tres tendencias de izquierda en Latinoamérica, aunque están agrupadas en dos grandes bloques

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La elección de Gabriel Boric como próximo Presidente de Chile y de Xiomara Castro como la primera mujer al mando de Honduras creó expectación en cuanto a un giro a la izquierda en América Latina.

La nueva "marea rosa" puede culminar el próximo octubre en Brasil, de cumplirse lo que hoy parece casi seguro: una victoria de Luiz Inácio Lula da Silva. Y pasa, tal vez, por el también posible triunfo de la coalición de centro-izquierda que encabeza el economista Gustavo Petro, el próximo mayo en Colombia.

Por lo pronto, según las interpretaciones actuales, la izquierda en sus diferentes tonalidades tiene el poder en Argentina, Bolivia, Cuba, México, Nicaragua, Perú y Venezuela.  La mayor pregunta, sin embargo, es ¿de qué izquierda se habla?

Porque, de entrada, hay por lo menos tres tendencias de izquierda en la región, aunque agrupadas en dos grandes bloques que, sin ser excluyentes, tienen concepciones diferentes.

Uno es la tendencia populista autoritaria de la Alianza Bolivariana (ALBA) que agrupa a Nicaragua, Venezuela, Cuba y Bolivia. Se cree que la presidenta Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya, retomará la membresía que el golpe contra Zelaya interrumpió en 2009, pero no necesariamente asumirá el tono confrontacional del grupo ante su realidad y la cantidad de migrantes hondureños en Estados Unidos.

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La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) surge de una iniciativa del gobierno de Lula da Silva, que creó en 2008 la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC) y la fusionó hacia 2010 con la Unión Latinoamericana y del Caribe (ULC) propuesta por el gobierno de Felipe Calderón en México.

Pero Celac, aunque coincide con el ALBA en la exclusión de EU, mantiene una actitud de diálogo y hasta moderación que pueden acomodar mejor a las necesidades de Boric.

De hecho, Boric criticó las autoritarias medidas tomadas por el gobierno de Daniel Ortega para asegurar su permanencia en el poder y ha manifestado su compromiso con la democracia y los derechos humanos.

Ciertamente Boric podría ser parte de la tercera formulación, determinada menos por gobiernos que por generación y visiones del mundo. El próximo presidente chileno tiene 35 años y su etapa de militancia estudiantil no está muy atrás en su vida; su visión del mundo puede ser distinta que la de líderes como los ya sesentones o más "jefes" de las izquierdas regionales.

Más importante, sin embargo, será su interacción interna con las diversas fuerzas y su cumplimiento de compromisos con las partes de la coalición que lo lleva al poder y cómo suaviza los miedos de la sociedad chilena y los inversionistas internacionales.

Para Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano, Boric puede enfrentar otro problema: "¿sabrá estar la izquierda latinoamericana —la bolivariana, la nacionalista o la indigenista— a la altura de los desafíos que implica el triunfo de Boric?".

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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