Andrés Manuel no se ha enterado: llevamos casi 34 años en que los ciudadanos no hemos olvidado cómo se le “cayó” el sistema a Manuel Bartlett, y con ello el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas pasó a ser el de Carlos Salinas. El presidente se hace el desentendido y siempre se refiere a los mexicanos como “el pueblo”, nunca como “los ciudadanos” (importante diferencia: un ciudadano tiene derechos y obligaciones; la figura de pueblo carece de legislación y por lo mismo es jurídicamente inexistente).
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Parece que tampoco quiere admitir que el INE no se niega a realizar el ejercicio constitucional federal de revocación de mandato presidencial (normado como una elección presidencial y, por lo mismo, igual de costosa que repetir la elección de 2018). El Instituto votó únicamente por posponer el inicio de los preparativos hasta tener más recursos asignados o, bien, una resolución de la SCJN que le instruya realizar la elección con menor número de casillas y/o estándares más laxos. Esas son las verdades, no las falsedades que AMLO nos endilga.
En el lejano 88 las elecciones se preparaban, realizaban y se calificaban desde Segob. El árbitro era juez y parte, y los funcionarios de casilla eran eso: funcionarios contratados por el para instalar casillas, vigilar la votación, contar votos, trasladarlos, etcétera.
La ciudadanía, viéndose defraudada vez tras vez, pugnó por tener un instituto autónomo, tanto de la decisión electoral de la población, como de los caprichos del presidente en turno (y en gran parte ello llevó a que fueran los ciudadanos los que realizaran las elecciones).
Y es así como en 2000, ya con el IFE ciudadanizado, la oposición, por primera vez en 70 años, llegó al poder.
Toda esta historia la olvida el “presidente historiador”, cuando es primordial recordarla. El INE debe existir, debe mantenerse autónomo y debe contar con presupuesto suficiente para cumplir con la ley.
Así, ante la bravata presidencial de hacer una consulta popular sin el INE, bajo el pretexto de que la haga “el pueblo”, se deben hacer ciertas puntualizaciones:
- Las elecciones, todas, desde hace años las hacemos los ciudadanos.
- El encargado de coordinar y hacer valer las elecciones y cualquier consulta popular constitucional es, por ley, el INE.
- El INE tiene el mandato de realizar la consulta que aquí nos ocupa y para hacerlo se requieren: 1) cerca de tres millones de firmas ciudadanas validadas y autentificadas que soliciten el ejercicio; y 2) el presupuesto establecido por ley, de acuerdo con los requisitos del ejercicio constitucional también establecidos en la norma.
Mientras no exista definición al respecto, resulta ocioso, vulgar y artero cualquier intento por mancillar al INE.
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La democracia participativa puede darse, siempre con y para los ciudadanos. En una consulta de revocación de mandato jamás saltándose al árbitro que es el INE o queriendo erigirse en uno, ¡máxime cuando el partido en el poder es el jugador principal de la consulta!
POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO
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