GOL GANA

Repor-fan

Existen una grandísima cantidad de comunicadores deportivos que más allá del periodismo en sí buscan generar entretenimiento y diversión. A ellos se les debe de aceptar su amor un equipo

OPINIÓN

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Poncho Vera/ Gol Gana/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

¿Se puede ser seguidor de un equipo, ferviente seguidor de un equipo de futbol y comunicador profesional deportivo? Depende, en ocasiones sí y en otras no.

¿Qué tipo de comunicador deportivo se pretende ser? Ahí está la clave.

Si se trata de ser un comunicador serio, uno que analice, cuestione y haga señalamientos con profundidad, no. O por lo menos no puede mostrar públicamente el amor por algún equipo. De hacerlo perdería credibilidad, que para un profesional de esa línea es muy delicado.

El periodista reportero que cubre distintos frentes futboleros tiene que ser también ajeno a amores con algún equipo, ser totalmente discreto en ello. De no no ser así sus coberturas resultarían sesgadas, parciales y por lo tanto, inútiles.

Ese periodismo deportivo serio, al que le gusta ser autoritario y solemne, no se puede dar el lujo de compartir aficiones o pasiones por ningunos colores. Sin la intención de conseguir objetividad, sus esfuerzos quedan en nada.

Ahora bien, existen una grandísima cantidad de comunicadores deportivos que más allá del periodismo en sí buscan generar entretenimiento y diversión. A ellos se les debe de aceptar su amor por un equipo, sus opiniones tendenciosas se justifican, son antes que nada aficionados y, si hacen bien su trabajo, se convierten en un complemento útil para redondear las necesidades de pasar un buen momento por las audiencias.

Seguir al futbol profesional es, a final de cuentas, un pasatiempos, uno maravilloso, pero no es otra cosa que eso. Es un tema útil para evadir los problemas cotidianos, para romper con la cotidianidad. Claro que está empapado de pasión, pero no resulta un tópico que no esté relacionado con un juego. Por lo tanto, no es grave que un comunicador deportivo acepte ser fan de un equipo, no pasa nada.

Lo que sí es lamentable es que algunos se presuman como “periodistas” deportivos, cuando en realidad son unos animadores. Esa pretensión resulta un engaño.

Grave sería, eso sí, que un comunicador de noticias, por ejemplo, fuera pretencioso, que intentara mediante varias artimañas lograr desviar el juicio de la opinión pública. Pero con el futbol, es irrelevante.

Comunicar con honestidad, sin poses ni discursos falsos. El periodismo deportivo no tiene lugar para “repor-fans”, pero hay espacios en la comunicación deportiva que sí.

POR PONCHO VERA

ALFONSO_VERA@HOTMAIL.COM

@PONCHO-VERA