MALOS MODOS

El danzón del Ómicron

Lo único que necesitamos es una fiestita de vez en cuando, que es la forma en que nuestros líderes, Tlatoanis apapachadores, nos muestran su amor

OPINIÓN

·
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Algo que, me parece, comparten todos los gobiernos de la 4T, el federal y los estatales, es la comprensión profunda, cabal, de que, gracias a nuestras raíces prehispánicas, los mexicanos enfrentamos a la muerte con una sonrisa en los labios y un hermoso contoneo de caderas, felices de entregar nuestras vidas a mayor gloria de Mictlantecuhtli, señor del inframundo.

Somos una especie de guerreros águila guapachosos, dispuestos a lanzarse a la toma del bastión neoliberal sin exigir nada: ni un sistema de salud mínimamente equipado, ni empleos, ni criminales en la cárcel, ni energía eléctrica, ni oncológicos. Lo único que necesitamos es una fiestita de vez en cuando, que es la forma en que nuestros líderes, Tlatoanis apapachadores, nos muestran su amor, y sobre todo nos permiten mostrarles el nuestro.

TE PUEDE INTERESAR: Si al presidente le va bien...

Me permito esta reflexión porque empezó hace unos días en el Zócalo una Verbena Navideña que, según celebró la jefa de Gobierno de esta ciudad, convocó a harto pueblo bueno: hasta 150 mil guerreros o, perdón, guerreres águila, se dejaron caer, primeres entre les muches que, es de suponerse, irán a disfrutar de la generosidad del gobierno local.

De todo hubo: juegos mecánicos onda Chapultepec antes de convertirse en el Parque Aztlán, adopción de animalitos, lectura, sobra decir que pastorela y, claro, mucho tributo a nuestra cultura: un estallido de huipiles, cerámica y danzas regionales, plausiblemente. Sobre todo, hubo un danzón muy celebrado por la propia jefa. Fue, es, nuestra manera de decir: “Ómicron, no te tememos”, muy en sintonía con la estrategia oficial para enfrentar a la pandemia. Porque esa es la estrategia.

Como decía hace unos días, mientras en Europa, Estados Unidos, Canadá e Israel aceleran la vacunación, impiden la llegada de vuelos y alertan sobre la velocidad terrorífica con que se contagia la nueva cepa, aquí mandamos la vacunación de vacaciones.

Y mientras la OMS te dice que te guardes y no festejes las navidades por el momento, no sea que te mueras, aquí celebramos al Supremo en el Zócalo por sus tres años de éxitos, armamos un maratón verbenero y ponemos a Gatell a decir que tranquis, que este virus está leve, mientras confirmamos que no, no hay vacunas suficientes para ponerle refuerzos a toda la población y que no van a inmunizar a los niños, que están llenando los hospitales en varios países.

TE PUEDE INTERESAR: Cómo vencimos a la pandemia

Nada nuevo: hace ya año y pico que el presidente nos dijo que esto era un catarrito y que adelante: a comer garnachas y a pasear con la familia.

Que se vea lo que somos les mexicanes: contra el COVID-19, la fiesta. Abracen su Guadalupe-Reyes.

Sólo una crítica: se está tardando la Agencia Digital de Innovación Pública en convocar a un concurso nacional de danzones. Está puesto, chingao.

Para el siguiente acto de campaña, música en vivo: El danzón del Ómicron.

POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
@JULIOPATAN09

Sigue leyendo:

Corazón de mexicanos como yo

Guía para aparentar que gobiernas

Medicinas: el presidente no puede dormir

PAL