Los panistas de Aguascalientes por fin se pusieron de acuerdo. El único que no quería ver la realidad era el gobernador Martín Orozco. Como lo marcaron las encuestas desde el principio, la diputada federal, Tere Jiménez, ganó la tercera y definitiva encuesta que la convirtió en la precandidata de la coalición PAN, PRI, PRD a la gubernatura.
El senador Antonio Martín del Campo, quien también aspiraba a la candidatura, aceptó el resultado y acompañará a Tere Jiménez a su registro oficial el próximo 2 de enero. Terminó así el conflicto de casi un mes que amenazó con dividir al panismo hidrocálido en el único estado que hoy se perfila como un triunfo seguro de Acción Nacional y sus aliados.
Donde se está gestando otra rebelión azul es Durango. Aunque también tiene un gobierno panista, la diferencia es que Acción Nacional tiene el tercer lugar de las preferencias electorales, de acuerdo con la encuesta de Opinión Pública, Marketing e Imagen que publicó Heraldo Media Group.
La alianza con el PRI encendió la resistencia de los panistas, particularmente de los fieles a José Rosas Aispuro, el gobernador, a quien ya acusan de querer entregar el estado a la 4T. Otros afirman que lo que le falta son agallas para ver la realidad de los números.
Tras meses de negociaciones políticas para consolidar la Alianza Va por México, los panistas duranguenses quisieron dar un madruguete y nombraron a Héctor David Flores Ávalos como su candidato. No les importó que tenga el cuarto o quinto lugar en las encuestas, según la que se consulte. José Rosas Aispuro quiere imponer a su sucesor sí o sí.
Todos en Durango se preguntan por qué el gobernador esta empeñado en ignorar que el aspirante más fuerte para competir contra Morena es Esteban Villegas Villarreal, propuesto por el PRI. Los números son contundentes. En el cara a cara, Massive Caller coloca a Esteban Villegas Villarreal -en su última medición- como el candidato más competitivo con 42 por ciento de las preferencias, mientras que Héctor David Flores Ávalos no llega ni al 5 por ciento.
El arraigo es otro de los negativos del delfín de Rosas Aispuro. Esteban Villegas Villarreal fue candidato en la pasada elección y tiene un gran reconocimiento local. Héctor David Flores Ávalos es el aspirante menos conocido; regresó al estado hace apenas un año, después de radicar prácticamente toda su vida en la Ciudad de México.
Queda claro que José Rosas Aispuro lo tenía todo planeado. Lo llevó a Durango para ocupar la Secretaría General de Gobierno, cargo al que acaba de renunciar. Tal parece que está obsesionado con heredarle la gubernatura, aunque los que saben por allá aseguran que lo único que garantiza Héctor David Flores Ávalos es la derrota frente a Morena. Los malpensados afirman que Rosas Aispuro está haciendo todo para entregarle el estado a Andrés Manuel López Obrador y ya se vio como embajador de México en algún lugar del mundo.
POR ALEJANDRO CACHO
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